Como ya he dicho muchas veces, para mí, trabajar en verano supone una importante fuente de ingresos, ya que son los meses en los que más volumen de trabajo recibo. Sin embargo, ello no supone que sea inmune a las características climáticas propias de estos meses; o sea, que paso calor.

Por suerte, con el tiempo he descubierto algunos trucos efectivos para trabajar en verano sin que el calor afecte a mi concentración o a mi productividad y, lo mejor de todo, es que muchos de estos trucos no tienen apenas impacto en la factura de la luz.

Cómo trabajar fresco en verano

Trabajar en verano sin pasar calor es más fácil cuando se trabaja desde casa que cuando se trabaja fuera, ya lo sé; sin embargo, los teletrabajadores tenemos nuestros propios focos de calor, que son, principalmente:

• El calor que se acumula a lo largo del día en interiores
• Los dispositivos eléctrónicos, que son una fuente de calor

Identificarlos es el primer paso para poner remedio y conseguir trabajar más frescos.

Buscar alternativas al aire acondicionado

Puede parecer que el aire acondicionado es el mejor amigo del trabajo en interiores, pero tiene algunos efectos negativos en la salud y, además, un alto impacto en la factura; alternativas como un ventilador de techo son una alternativa más económica y saludable, y sé bien de lo que habló porque pasé un verano teletrabajando embarazada y el ventilador de techo fue mi mejor aliado para hacerlo más llevadero.

Evitar la acumulación de dispositivos encendidos

Solo quien ha trabajado con un ordenador en verano saber el calor que desprende. Si a ello se añaden otros equipos y dispositivos eléctricos de uso común, como el Smartphone, la tablet o la impresora, al final tenemos un montón de pequeños calefactores proporcionándonos un calorcito nada agradable en verano.

Ya sé que vivimos en una sociedad de conexiones e inmediatez, pero una buena gestión de los recursos y, sobre todo, un uso más eficiente de los equipos puede ayudar mucho a reducir el calor que se acumula en el espacio de trabajo y, además, a recortar el gasto energético.

Llenar la nevera de bebidas frías

Si hay algo bueno de trabajar en casa es que la nevera no se comparte con compañeros de trabajo; así que, normalmente hay más espacio disponible para colocar bebidas frescas y (con un poco de suerte) menos riesgo de que estas desaparezcan.

Tener suficiente agua fresca y otras bebidas frías es una buena forma de hacer frente al calor y, además, de que ello no suponga apenas impacto en el bolsillo.

Trabajar en las horas más frescas del verano

Personalmente, me gusta trabajar desde casa por la libertad de horarios que no solo me permite trabajar aprovechando al máximo mos momentos de concentración, sino disfrutar al máximo de cada estación.

Por ejemplo, en verano prefiero levantarme más pronto y aprovechar las primeras horas del día para avanzar en mis proyectos (con la casa tranquila y el ambiente fresco) y emplear las horas centrales del día en actividades propias de los meses estivales y en lugares más frescos en los que combatir el calor.

Trabajar en remoto en verano, pero no en casa

Que haya que trabajar en verano no quiere decir que haya que hacerlo en el mismo lugar en el que se trabaja el resto del año. No soy una gran fan del workation, porque creo que no son términos compatibles, per reconozco que en verano me gusta moverme a zonas con temperaturas más agradables y desde las que seguir trabajando.

Eso sí, no considero que esas sean mis vacaciones, para eso, tengo otros momentos del año en los que viajo sin ordenador y en los que espero no recibir proyectos.

Adaptar el vestuario

Por último, pero no menos importante, un vestuario acorde a las temperaturas propias del verano también puede ayudar a trabajar mejor cuando hace calor. No me gusta trabajar en pijama, ni con ropa de estar por casa, ya que no me hacen sentir como una “profesional”; sin embargo, existen prendas más ligeras y frescas, con las que trabajar desde casa más frescos sin restar profesionalidad a la imagen.

Trabajar en verano desde casa puede suponer un pequeño desafío, sobre todo para personas con baja tolerancia a las temperaturas altas; sin embargo, hay muchas cosas que se pueden hacer para conseguir que la oficina sea un espacio mucho más agradable en el que pasar la jornada de trabajo.