
Acertar al calcular la primera tarifa para los primeros clientes debe ser una de las tareas a las que más tiempo dedica un freelance novato, ya que es mucho más que poner precio a los servicios.
Las tarifas no son solo importantes para ganar dinero (que es el objetivo último del trabajo), sino que además determinarán:
- El tipo de clientes que solicitarán los servicios al freelance
- Los proyectos a los que se puede aspirar
- La relación entre tiempo de trabajo y tiempo libre
- El tiempo necesario para dedicar a buscar proyectos
- Y, en definitiva, la calidad de vida del freelance
Y es que, aunque parecezca fácil, realizar bien el cálculo de la primera tarifa influirá en el éxito – o en el fracaso- de un negocio. Así que para avanzar hacia el éxito no está de más aplicar algunos consejos básicos para calcular la primera tarifa de forma tan ventajosa para ti y como atractiva para tus clientes inspirados en mi propia experiencia.
¡Acierta al calcular la primera tarifa!
Informarse sobre los precios en el sector
Informarse es siempre el primer paso para saber cómo están los precios en el sector y cuánto están dispuestos a pagar los clientes. Lo ideal es buscar tanta información como sea posible, para tener una visión más real. Plataformas de empleo, webs de profesionales, precios de agencias e, incluso, información sobre las nóminas de trabajadores en plantilla pueden ser una buena base para saber cómo está el mercado.
A partir de ahí se puede elaborar una comparativa de precios para establecer por dónde comenzar a calcular la primera tarifa. También puede ser útil saber cuánto vale tu tiempo de trabajo.
Tener siempre tarifas
Porque siempre hay que tener tarifas. Ya he dicho que para mi primer proyecto fue el cliente quien me propuso el precio, sin embargo, yo trabajaba en una empresa y el precio que me ofrecieron para este proyecto externo era muy similar a mi nómina, también he dicho que ahora lo considero casi una suerte, porque muchos se aprovechan de la falta de experiencia y conocimientos (en cuanto a precios) de los novatos.
Cuando el cliente es una agencia, puede que las tarifas estén dentro de un rango de precios y, aunque quizás sean algo bajas, lo más normal es que sean las que aplican a todos los colaboradores. En este caso, se puede valorar la posibilidad de aceptarlas, siempre y cuando no se desvíen demasiado de las propias y/o se consigan otras ventajas. En este caso, se puede valorar si las tarifas están dentro del rango de precios que se aceptan, o se puede negociar.
Hacer una estimación “real” de los servicios
Y sobre todo, se aprovechan proponiendo kun proyecto que parece sencillo y con un precio también “sencillo”, pero que después se va complicando en cuanto a tareas para el freelance, eso sí, el presupuesto, no se complicada nada de nada, sino que permanece estable… Este es uno de los errores clásicos por los que casi todos los freelance pasamos al principio, aunque nos suele servir de aprendizaje.
Así que, al igual que se elabora una lista de precios, se debería elaborar una lista muy detallada de los servicios que se ofrecerán, incluyendo esas pequeñas tareas que parece que no cuestan nada, o que llevan poco tiempo… ¡Al final todos los proyectos llevan más tiempo, esfuerzo y recursos de los que se espera! Así que mejor preverlo todo en el precio.
Perder el miedo a los periodos de baja demanda
Si hay algo que me llama mucho la atención de los grandes referentes del mundo freelance, del trabajo en casa y del autoempleo es que siempre muestran una imagen de profesional ocupado los 365 días del año y que siempre está embarcado en grandes proyectos.
No digo que no sea verdad, pero lo que muy pocos dicen es que no siempre esos proyectos son laborales. ¿Por qué? Pues porque en todos los sectores hay periodos en los que la demanda es muy alta, y en los que parece que todas las horas son pocas para dedicar al trabajo; pero hay otras en las que, por los motivos que sea (cada sector tiene su funcionamiento) la demanda cae.
Igual que el freelance acaba aprendiendo cuáles son estos periodos después de un par de temporadas, también hay empresas que saben aprovechar esta situación (y el miedo que produce quedarse de repente sin trabajo) para pulular por las bandejas de correo de los freelance en busca de buenos profesionales noveles a los que ofrecer trabajos por tarifas muy bajas, seguros de que encontrarán buenos profesionales que, por la necesidad de trabajar, aceptarán cualquier precio y, además, tendrán muchísima disponibilidad.
Crear un sistema de ahorro
Puede parecer que no está muy relacionado, pero es dinero después de todo. Tener un sistema de ahorro ayuda en primer lugar a desarrollar un colchón financiero que aporte tranquilidad y que aleje la idea de trabajar por el precio más bajo y, además, así que planifican tarifas que no solo tengan en cuenta cubrir los gastos, sino que además se puedan obtener algunos beneficios suficientes como para invertir en el futuro.
El ahorro no es uno un hábito saludable a nivel financiero, sino que también ayuda a visualizar el proyecto freelance con metas a medio y largo plazo.
Aprender a “venderse”
Si soy sincera está parte se titulaba “saber cuánto están dispuestos a pagar los clientes“, pero teniendo en cuenta lo frecuentes que son las búsquedas de profesionales gratis en Internet, no estoy muy segura de a donde podría llevarte eso y lo ideal es que contraten por ser bueno, no por ser barato. Por ello, en lugar de ofrecer las tarifas que los clientes buscan, lo ideal es ofrecer los servicios que el cliente necesita y, para ello, hay que desarrollar una estrategia de márketing mediante la cuál el consumidor entienda que está contratando al mejor profesional por el mejor precio.
Al final el cálculo de las primeras tarifas es una tarea esencial, mi clave es pensar que más miedo que no tener trabajo si no se aceptan los precios más bajos, lo que hay que temer es convertirse en un freelance que vive para trabajar.
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