Cómo no ser el freelance más barato: cálculo de la primera tarifa

Cuando comencé a trabajar en casa lo hacía con la referencia de los precios que me pagaban en la empresa con la que trabajaba, además, he de decir que, aunque el precio lo puso el cliente, fue muy justo con la retribución y las condiciones. Es una auténtica maravilla comenzar trabajando con profesionales así. Una maravilla, y casi una lotería, por lo poco frecuente que es, algo que descubrí cuando tuve que hacer el cálculo de la primera tarifa para un cliente.

Cuando me planteé comenzar a trabajar en casa como un proyecto a largo plazo, hice lo que hacemos todos: Preguntar a Google.

Mi consulta tuvo, principalmente, dos grupos de respuestas:

  1. Blogs de “expertos” en el mundo del trabajo en casa
  2. Plataformas de búsqueda de trabajos desde casa

El primer grupo hablaba de las maravillas del trabajo en casa, de presupuestos desorbitados, de clientes internacionales, de facturas con numerosos ceros y, sobre todo, de la libertad de la que gozaban. ¡Muchos de ellos apenas trabajaban unas horas al día! Ya por entonces a mí aquello me sonaba a cuento chino, y eso que apenas me estaba adentrando en este mundillo.

En el segundo grupo, en cambio, me topaba con la realidad del mundo freelance: clientes con grandes exigencias, con muchos requisitos para cumplir, pero con presupuestos que no mecerían ni el tiempo de la lectura de las ofertas. Con la primera casi me ofendí; con la segunda, me enfadé. Pero cuando vi que la tercera y la cuarta iban en la misma línea, empecé a entender que esta era una realidad del trabajo en casa de lo más extendida: el cálculo de la primera tarifa es complicado porque muchos clientes quieren aprovecharse de la competitividad entre profesionales para buscar al freelance más barato.

Cómo no ser el freelance más barato: hacer bien el cálculo de la primera tarifa

cálculo de la primera tarifa

De hecho, cuando por curiosidad, para cerciorarte de que los precios estaban bien, que no había errores, escribía a alguna empresa, recuerdo que casi siempre justificaban sus precios con cosas como:

  • Quien lo llevaba antes lo hacía en apenas 15 minutos”
  • “Este trabajo se hace muy rápido”
  • “Estamos buscando a alguien que esté empezando y que lo desarrolle en sus ratos libres”
  • “Las tareas son muy fáciles”

La verdad es que hubo un momento en el que empecé a sentirme frustrada, y hasta a desmotivarme preguntándome si, en realidad era culpa mía, si mi forma de trabajar era muy lenta, si había algo que me distraía, si no sabía cómo gestionar mi tiempo o si estaba desactualizada como consecuencia de trabajar desde casa y me estaba quedando obsoleta.

Sin embargo, nunca había recibido quejas de ello, más bien todo lo contrario, siempre me han felicitado por mi predisposición y mi diligencia a la hora de cumplir con las tareas y de entregar los plazos siempre a tiempo, incluso cuando se trata de entregas urgentes.

Estrategia para no ser el cliente más barato: el cálculo de la primera tarifa

Por suerte, y como ya he reconocido en alguna ocasión, decidí guiarme por la información que tenía trabajando como personal de empresa y optar por contactar directamente con los clientes para ofrecerles mis servicios. En cualquier caso, mi intención era tener un trabajo en casa del que vivir, pero tenía algunos clientes eventuales de mi periodo anterior, así que tenía algo en lo que apoyarme.

Y de este modo, aunque no todo fueron experiencias positivas empecé a encontrar pequeños éxitos de mis campañas de email marketing – aunque yo no era consciente de que fueran tales – y empecé a ver algunos nuevos proyectos.

Aun ahora, después de muchos años, y aunque los problemas iniciales ya son cosa del pasado para mí, veo que la situación no ha cambiado o, si lo ha hecho, ha sido para peor. Gracias al blog, recibo muchos mensajes de freelances novatos y de quienes se inician en el trabajo desde casa que me hacen consultas sobre precios y tarifas, y no puedo evitar sonreír (por no llorar) cuando me preguntan cosas como:

¿Cómo puede ser que en este artículo (enlace al portal del referente de turno) digan que cobran tanto por sus proyectos y luego a mí me ofrezcan trabajos por la centésima parte? 

Y es que la diferencia entre lo que algunos dicen ganar y los precios reales del mercado es bastante dispar. Ojo, que no digo que mientan, a medida que se crece profesionalmente, llegan nuevas oportunidades, pero creo que en los inicios hay que dar certezas, y mostrar que los presupuestos interesantes llegarán, pero hay que empezar por indicar cuánto están dispuestos a pagar los clientes “buenos” a un novato y cuáles son las tarifas que nunca se deberían aceptar.

Cómo calcular la primera tarifa bien

No siempre es fácil tarifar un trabajo o un proyecto; sobre todo, no lo es cuando no se conoce bien el sector, así que para mí es dificilísimo dar orientación si no se trata de mi sector.

Aunque una buena solución puede ser comenzar a partir de una tarifa por hora de trabajo como referencia según el sector o profesión.

Por ejemplo:

El sueldo medio en España es de 2.200€ mensuales. Teniendo en cuenta que la semana media tiene 40 horas de trabajo y que un mes tiene cuatro semanas, más o menos. Sería hacer una división.

2.200 ÷ (40 x 4) = 2.200 ÷ 160 = 13,75€ por hora de trabajo

Pues eso, como orientación para saber puede estar bien hacer un cálculo similar.

Es más, hay que tener en cuenta que:

  • un freelance no siempre tendrá trabajo continuamente;
  • que no todo van a ser ganancias, porque hay cosas que pagar,
  • que parte de las funciones del trabajo no son el propio trabajo sino búsqueda, formación, contacto con los clientes

Así que trabajar en casa barato no conviene porque al final, del presupuesto, hay que quitar la parte de los pagos, la parte de las horas invertidas en actividades que no aportan ganancias directamente y, además, yo recomendaría no olvidar, la parte del ahorro.

10 comentarios

  1. Las tarifas!!!! Vaya marrón. Sobre todo las primeras aunque luego se suaviza. La verdad es que hay muchas formas de calcularlas. Como base tomo una calculadora freelance. Una buena herramienta. Pero no es una ciencia exacta y siempre depende de qué es lo que el cliente necesita. No es lo mismo un cliente con un solo trabajo/proyecto que un cliente que cuenta contigo para varios trabajos/proyectos. Me fijo en lo que se cobra en el sector para orientarme aunque yo sé el tiempo que empleo por lo que mis tarifas no han de coincidir con el sector. Y sobre todo, nunca jamás, realizar “bajada de pantalones” por miedo a perder el proyecto. Los freelance debemos siempre valorarnos. Sabemos lo que somos y lo que nos ha costado y nos cuesta haber llegado hasta aquí. Se pierden por precio?? Si, seguro. Pero prefiero perderlo a meterme en un trabajo en el que comienzo pensando que voy a trabajar horas que no voy a cobrar. Ya empiezas con un mal rollito. Yo tengo que estar en renovación constante por lo que ya asumo muchas horas en el año de formación. Valoremos lo que somos. Valoremos nuestros esfuerzos. Circulaba por internet un “cartelito” con frase muy adecuado para el momento y dice: “NO COBRO POR LO QUE HAGO. COBRO POR LO QUE SE”. Saludos cordiales

  2. […] Un freelance no es solo un profesional en su sector, ten claro que además será en muchos casos, el departamento de marketing, el de comunicaciones, el de venta, el de atención al cliente, y puede que hasta el personal de limpieza. Hay que saber el valor real de cada hora de trabajo y un ejercicio para calcular el valor de la hora de trabajo […]

    • Conozco la calculadora, y me parece que está muy bien. Ya hay varios recursos que nos ayudan a los freelance a tenerlo un poco más claro y a apostar por dar valor a nuestro perfil, yo hace poco descubrí también una plataforma que apunta hacia lo mismo, tarifas más justas, de momento estoy haciendo trabajo de campo para ver cómo funciona (mis experiencias con plataformas hasta ahora siempre han sido malas), pero se agradece de momento que no sea la típica en la que se lucha “regalando” el trabajo con tal de coseguir un proyecto y “obliguen” a establecer una tarifa mínima diaria bastante alta.

      Un saludo

  3. Hola María

    Yo no calcularía la tarifa por horas, sino por trabajo acabado. Cuando se conoce un sector, se puede hacer uno la idea de cómo están los precios.

    Pero una cosa es tu salario y otra muy distinta la factura que cobra la empresa por tu trabajo. Y en dicha factura va incluido el trabajo de tus jefes… ¿por qué no incluir también eso ahora que eres tu propio jefe?

    La organización del trabajo también se lleva su tiempo y ese tiempo también hay que cobrarlo. Hay que cambiar el chip de freelancer por el de profesional autónomo. Al principio puede dar un poco de miedo, pero si tu trabajo vale algo más que la media, más pronto que tarde, encontrarás los clientes que estén a tu altura.

    Con buenos clientes que paguen bien, no hay que perder el tiempo buscando nuevos clientes. Y el sistema de ahorro se acabará convirtiendo en una lista de espera.

    Un abrazo

    • Hola:

      Me encanta la idea del “profesional autónomo”, coincide completamente con los objetivos de este blog. Un ejercicio de revalorización del propio perfil y de las propias competencias que empieza por “creérnoslo” nosotros y que se extiende hacia las empresas/clientes y hacia la sociedad.

      La idea de la tarifa horaria a mí tampoco me gusta en exceso de cara al presupuesto; sin embargo, creo que puede formar parte de la propia idea del profesional autónomo, una forma de conocer cuál es el valor que tiene cada hora de trabajo, o cada jornada. Personalmente trabajo por proyecto con cálculo previo del precio final, así que tengo que afinar mucho y prever “imprevistos” porque el precio pactado será el que el cliente pague salvo excepciones muy concretas, así funciona mi sector; sin embargo, aun es habitual que los clientes soliciten precio por hora, aunque sea como estimación para elegir o descartar según rangos de precios.

      Lo de buscar clientes… Cada sector funciona de una forma muy concreta, y en el mío, siempre hay que estar buscando porque las empresas van cambiando y, de repente, la más fiable puede dejar de enviar proyectos por el motivo que sea (centrarse en nuevos mercados, cambio de proveedores, cambio de clientes, finalización de un contrato de colaboración…). Tengo algunas con las que trabajo desde 2013, pero también a lo largo de los años me han abandonado otras por los motivos más variados, algunas han vuelto si lo han necesitado, pero otras, no.

      Un saludo

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