Decálogo de buenas prácticas de freelance

Ser un buen freelance es ser un buen profesional, uno que respeta su propio trabajo, que sabe darle el adecuado valor a su tiempo, su experiencia y sus competencias y, además, que sabe cómo trasmitirlo todo para conseguir que los clientes acepten los presupuestos propuestos, todo ello puede lograrse adquiriendo buenas practicas de freelance.

Parece difícil, aunque en realidad no lo es. No se trata solo de años de experiencia o de “hacerse un nombre” dentro del sector en el que se trabaja (bueno, un poco, sí). Pero sinceramente hay cosas que, aunque aprendidas con años de trabajo en casa, si las hubiera aplicado desde el primer día, me habrían evitado muchas horas perdidas.  Las he reunido en un decálogo de buenas prácticas freelance que he ido adquiriendo con los años.

Decálogo de buenas prácticas de freelance

buenas prácticas de freelance

1. Escuchar las necesidades del cliente

A todos nos encantaría que todos nuestros clientes fueran exactamente iguales. ¡La de tiempo que ahorraríamos si así fuera! Aunque en realidad creo que también sería un poco aburrido… Pero, precisamente porque cada cliente es único y cada proyecto único, hay que escuchar las necesidades del cliente, sus objetivos, sus propósitos, sus metas y, como profesionales, buscar la forma de que nuestro trabajo y nuestra experiencia les ayude a lograrlo.

2. Aconsejar y ser sincero con los clientes (aun a riesgo de perder el proyecto)

Que les ayude a lograrlo, sí, pero siempre teniendo en cuenta la factibilidad de las metas y los recursos y medios a disposición.

  • Hay clientes que solicitan mucho, pero que están dispuestos a dar muy poco…
  • Hay clientes que saben que necesitan a un profesional, pero no tienen claro qué puede hacer por ellos…
  • Hay clientes que creen que pagar mucho les asegura todo tipo de privilegios…

Un miedo habitual del freelance es no tener clientes o perderlos durante las negociaciones por no parecer flexible; sin embargo, como buenos profesionales que somos podemos asesorar y orientar a los clientes para ofrecerles un mejor producto. Pues sí, a veces habrá que indicarles que si quieren calidad y resultados tendrán que pagarlos; en otras, simplemente, habrá que hablar de forma realista sobre objetivos y tiempos para lograrlos.

¿Puede que el cliente rechace la información? Tal vez, aunque por mi experiencia, las ocasiones en las que eso ocurre son pocas si se habla con sinceridad y manteniendo un todo profesional, teniendo en cuenta lo que el cliente busca y nuestra experiencia.

3. Cumplir con tu parte del trabajo (aunque sepas que el resto no se cumplirán)

Hay ocasiones en las que el trabajo de un freelance es solo una parte de un proyecto más ambicioso en el que se cuenta con varios freelancers, para la misma tarea, para tareas afines o para tareas complementarias. En mi sector es frecuente. Claro que no todos los profesionales trabajamos al mismo ritmo y tenemos la misma capacidad para organizarnos, lo que puede retrasar los plazos…

Cumplir con la parte asignada es una forma sencilla de mostrar que somos profesionales fiables y de palabra. En muchas ocasiones, cumplir con mi palabra ha hecho que gane clientes, a pesar de que el proyecto no haya salido adelante, y que hayan seguido confiando en mí.

4. Colaborar con otros freelance

La colaboración entre profesionales freelancers es cada vez más frecuente, y la tendencia es creciente (aquí un estudio de la Universidad de Oxford que muestra el aumento del uso de plataformas de trabajo freelance por parte de grande empresas), por ello, aunque al trabajar desde casa por cuenta propia estamos muy a gusto porque trabajamos solos, desde la tranquilidad del hogar y a nuestro ritmo, no hay que perder el hábito de colaborar y trabajar con otros freelancers.

5. Ayudar a quienes están empezando

Si hay algo que me llama mucho la atención del mundo freelance, y que se da prácticamente en todos los sectores, es el secretismo con el que trabajan los grandes profesionales frente a los que se inician en el sector.

Que sí, que son competencia, pero ayudar y orientar es la mejor forma de proteger las profesiones y de favorecer una imagen de profesionalidad, aportando prestigio al sector, a los trabajos y a las competencias.

Creo que aquí también hay una cierta “comodidad” por parte de los veteranos, que no quieren aceptar que trabajamos en un entorno en el que los cambios se producen con rapidez y que hay que mantenerse siempre actualizados…

6. No desprestigiar el trabajo de otros

¿Quién te ha hecho esta chapuza?

Típica frase de albañil, fontanero, electricista que, aunque actualizada, se puede encontrar también en el universo digital y tecnológico. Sobre ello reflexioné en Mi trabajo freelance está mal hecho, según otro freelance.

Siempre he creído que para ser el mejor hay que ser el mejor, y ello significa competir sabiendo que la competencia será difícil y dando lo mejor de uno mismo, sin desprestigiar al contrario y sin juego sucio.

Cuando se nos propone un proyecto, pues sí, puede que encontremos defectos o, simplemente, cosas que hubiéramos hecho de otra manera, pero la información con la que contamos es tan poca:

  • Puede que el cliente no quisiera invertir en un trabajo de calidad;
  • Puede que el trabajo se desarrollara hace varios años, con los medios y recursos más avanzados en aquel momento;
  • Puede que el trabajo lo haya hecho el propio cliente, o su sobrino que tenía unas nociones, porque pensó que “cualquiera podía hacerlo“;

Criticar el trabajo de otros es muy fácil, y también es la forma más rápida de hacer ver que “nosotros lo haríamos mejor”, pero no siempre es la más efectiva, sobre todo, para conseguir una imagen de profesionales competentes y favorecer que nuestro sector se respete. Cuesta un poco más, pero se puede hacer un análisis de trabajo a desarrollar en la que se propongan mejoras y cambios, sin que ello implique incluir referencias a que el trabajo anterior está mal hecho.

www.sobreviviratrabajarencasa.com (1)

7. Identificar cuándo es el momento de dejar de trabajar con un cliente

A todos nos encantaría trabajar siempre con los mismos clientes, sobre todo si son buenos  a la hora de pagar, pero como freelance profesionales también hay que aceptar que no siempre podrá ser así por diferentes motivos, entre los que se pueden incluir:

  • Nuevas necesidades del cliente que no se pueden cubrir;
  • Falta de motivación para seguir desarrollando el proyecto;
  • Falta de tiempo por llegada de otros proyectos o actividades.

Dejar de trabajar con un cliente no siempre es fácil, pero forma parte del decálogo de buenas prácticas del freelance.

8. Dejar de trabajar siempre con un cliente en buenos términos

Habrá cliente a los que cueste dejar, y otros en los que parecerá que ese momento nunca llega… Sea como sea, lo mejor es evitar las confrontaciones, dentro de lo posible, e intentar que el fin de la relación laboral sea rápido y en buenos términos.

Aun me sorprendo de la cantidad de “malos clientes” que luego se han convertido en intermediarios con nuevos clientes; informadores de talleres o cursos y que, incluso, han contribuido al desarrollo de este blog.

9. Ser justo con uno mismo (e incluso autocrítico)

Por como hablo a veces, parece que soy la perfección hecha freelance, y no. ¡Todo lo contrario! Me equivoco, mucho. Y sí, tengo mi orgullo, así que me cuesta reconocerlo, y más aun me cuesta aceptar una crítica, pero es algo en lo que trabajo.

Analizo cada proyecto en busca de errores y cosas que podría haber mejorado y, si tengo que reconocer un error ante un cliente, lo reconozco.

10. Saber reconocer los propios límites

¡Qué ilusión hace a cualquier freelance recibir un proyecto nuevo! Sobre todo, si es uno ambicioso y con una facturación interesante… Tanto que a veces se pierde un poco el contacto con la realidad en medio de tanto dinero.

Lo reconozco: yo también he aceptado proyectos que estaban por encima de mis habilidades y mi experiencia, y el resultado ha sido mucha frustración, mucho tiempo perdido y proyectos en los que he tenido que pedir ayuda.

En ocasiones es más sencillo ser realista y valorar objetivamente el desarrollo del trabajo para evitar perder nuestro tiempo y el de los clientes, el tiempo extra perdido en trabajos que no se pueden desarrollar de forma eficaz, afectan negativamente al perfil profesional y, además, pueden hacernos perder otras oportunidades que sí lo hubieran mejorado.

Y vosotros: ¿Añadiríais algunas buenas prácticas freelance más a esta lista?

21 comentarios

    • Bueno, esto entra dentro de la ética del freelance jeje. A mí como cliente no me gusta que me engañen o me oculten información, así que procuro no hacerlo con mis clientes 😉

      Saludos y muchos éxitos!

  1. ¡La verdad es que cuesta encontrar una buena práctica que añadir a un decálogo tan completo! Quizás añadiría, a modo de broche, “Saber darte una palmadita motivadora a ti mismo”. Como muchas veces has señalado, el trabajo de “freelance” es, sobre todo, un trabajo en soledad (en ocasiones me descubro sin haber intercambiado una palabra (verbalmente) hasta que regresa a casa algún miembro de la familia), en el que hay poca interacción, más allá del intercambio de emails profesionales. No existe ese contacto directo que tanto une y que tanto dice acerca de cómo los otros valoran tu forma de hacer las cosas. Por lo general, la única forma de saber si un cliente está contento con tu trabajo, con tu manera de actuar, es porque vuelve a contratar tus servicios (y bien sabemos que, incluso estando satisfecho con ellos, puede haber imponderables que le impidan hacerlo). ¡Quién no desearía recibir un email cada mañana diciendo lo bien que lo ha hecho! Por desgracia, es más fácil recibir un mensaje para comunicarte un problema que para felicitarte por un buen resultado. Ser crítico con uno mismo es fundamental, pero también lo es aprender a quererte y a decirte a ti mismo: ¡pero qué bueno eres, chaval! Un abrazo, María, me encanta estar de vuelta a casa.

    • Hola!

      Ayer me llevé una alegría cuando me llegó la notificación de publicación en tu blog, ahora ya sabes, tómatelo con calma y lee porque te apetece, que esto no es trabajo!

      Ya echaba de menos tus comentarios! Pues sí, hay que quererse de vez en cuando y hasta darse un pequeño capricho, sobre todo cuando las cosas salen bien, pero también en loa días complicados!

      No me gusta recomendar, ni invitar a leer post antiguos, pero hace poco publiqué una opinión sobre una plataforma para freelance que conocí hace poco y tiene buena pinta, por si te interesa echarle un vistazo.

      Un abrazo.

      • Je, je: ¡qué haya estado unos días sin comentar no significa que no te haya leído! Leí en su momento tu post acerca de esa plataforma y me pareció muy interesante. En cuanto tenga un momentillo le echo un vistazo. ¡Antes de nada quería saludarte! Un besote.

  2. Hola María,
    esto en realidad es todo un manual de ventas combinado con marca personal. Apuntas cosas muy interesantes, pero las que destacaría son las del compromiso y saber donde están tus límites, porque hay gente que dice sí a todo y luego (por los motivos que sea) no hace el trabajo, lo entrega tarde, hace a medias o le viene grande el proyecto y te hace una chapuza de ñapas.
    En cuanto al secretismo qué te puedo decir yo que soy secretaria y guardo secretos jaja es broma Me temo que el secretismo viene del miedo a la competencia, no vaya a ser que pierdas clientes (tú no, los veteranos).
    Un abrazo

    • Hola Erika:

      Espero que estés un poquito mejor de ánimos 😉

      Quería hacer una cosita ligera y anema… al final me ha salido toda una declaración de intenciones jajaja.

      Sobre secretos, yo también guardo unos cuantos. De hecho, lo mejor de mi trabajo son esas cosas de las que me entero de forma confidencial, lo malo es que no puedo comentarlas con nadie, no solo por lo de trabajar en casa, sino por que tienen que ver con la privacidad o con cuestiones de empresas, pero me encantaría estar tomando un café con las amigas y soltar un: pues sabéis que dos empresas están en litigios judiciales? En el fondo y aunque reniegue de ello, soy toda una cotilla!!!

      Un besote.

      • Sí, sí, ya estoy más animada, gracias.

        Qué bueno que seas una cotilla. Te voy a contar un secreto jiji el próximo viernes habrá post en mi blog sobre chismes, rumores y cotilleos en la ofi … Psst no se lo digas a nadie.

        Que tengas muy noche.

  3. Hola María

    Sobre ayuda a principiantes, yo me plantearía dos servicios:

    > Entrenamiento gratuito con los conceptos básicos. Suele estar compuesto por 3 vídeos o 3 newsletters.
    > Servicio de mentoría cuyo valor se puede ajustar con las personas interesadas.

    No es que haya que cobrar por toda ayuda que se preste en la red. Pero como dice la sabiduría popular: lo que cuesta poco, se valora en menos.

    Un abrazo

    • Hola:
      No estoy en contra de obtener una contraprestación como “pago” por esa ayuda, y hay muchas formas de tener recompensa, desde vender los conocimientos, hasta invitar a escribir reseñas u opiniones o, en mi caso, quizás me plantee no dentro de mucho algún tipo de suscripción a cambio de píldoras informativas…

      Lo que creo que no ayuda es mantener en secreto cosas como las tarifas reales que se pagan por sectores o la forma de presentar un presupuesto completo y adecuado, siempre buscando la protección de la imagen del freelance profesional.

      A mí lo de ayudar me sale solo, forma parte de mi carácter, aunque con los años he aprendido a saber cuánto ofrecer ayuda y a quién, porque hay ocasiones en las que solo se pierde tiempo, esfuerzo y prestigio..

      Gracias como siempre por tu comentario.

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