El verano no es mi estación del año favorita. ¿Por qué hace calor y no hay quién duerma? No. ¿Por qué mientras todo el mundo está disfrutando del descanso yo sigo trabajando en casa? Tampoco. ¿Por qué las empresas cierran por vacaciones y yo no sé dónde está mi dinero? Bueno, por esto, un poco… En realidad, el motivo principal es que una la época del año en la que termino agotada, y el trabajo no es la única razón de mi agotamiento.

¿Quién no recibe visitas de vez en cuando? Familiares y amigos que, por necesidad o por ocio, se quedan en casa una o varias noches, un “Hoy por ti, mañana por mí” que se imagina como buenos ratos y tiempo para pasar juntos. Quien trabaja en remoto no se libra de las visitas por mucho que la oficina esté en el hogar. No hay nada que no se supere con mucha organización y buenas dosis de paciencia, y de esto vamos bien nutridos los freelance desde casa, acostumbrados como estamos a los imprevistos y los cambios de último minuto.
7 cosas al tener en cuenta al visitar a alguien que trabaja en remoto
Una visita en casa significa cambios y adaptación, en general y, para quienes quienes tenemos la oficina en casa, puede conllevar algún dolor de cabeza, por ello no está de más aclarar algunas realidades relacionadas con las visitas.
1. Las vacaciones son eso, vacaciones también para quien trabaja en remoto
La idea de que el trabajo desde casa da plena libertad está muy extendida. y se extiende tanto que llega a un “ya no harás en otro momento”, solo que para muchos ese momento nunca llega. No tengo muy claro de qué se creen algunos que vivo exactamente, o cuántas horas dedico a mi trabajo diariamente… Bueno, me estoy yendo de tema, las visita no entran en esa descripción, al menos, no todas.
Pero sí que ocurre que, extiendan la idea de vacaciones a quien está en casa, que tiene total libertad para realizar las mismas actividades, para seguir los mismos horarios porque puede trabajar en cualquier rato, o sea, en otro rato.
¡Pues no! Las vacaciones son cuando son. Otra cosa es que, ante una visita se puedan modificar un poco horarios, haya adelantado trabajo o que se pueda permitir algún día libre, pero eso no son vacaciones, es un híbrido que suele traducirse en agotamiento.
2. No todas las empresas cierran en verano
“En agosto cerrarás, ¿no?” o “En verano, estarás más libre” son tópicos del trabajo freelance desde casa que justifican la llegada masiva de visitas en estos meses de verano, aunque en realidad el motivo principal es que la mayoría de las visitas tienen vacaciones en esos meses…
Y no. No todas las empresas cierran en verano, ni las vacaciones del trabajo freelance tienen por qué ser en ese momento, ni siquiera que cierren quiere decir que haya poco trabajo. Más bien todo lo contrario.
Para que quede claro, recomiendo volver a leer ¿Qué pasa con el trabajo en casa durante el verano?, donde ya hablé sobre la realidad de los meses de verano y el trabajo freelance desde casa.
3. La invasión del espacio de trabajo
Si las casas de los freelancers fueran mansiones, la habitación de invitados sería un cuarto con una cama king size y con baño privado, pero la mayoría vivimos en casas de dos o tres dormitorios y, en el mejor de los casos, hemos invadido uno de ellos para convertirlo en nuestra oficina.
¿Dónde se quedan las visitas? Es bastante probable que el trabajador en casa ceda el espacio de trabajo y, enlazando con la idea de que no está de vacaciones, lo más seguro es que desplace su actividad a tempranas horas del día o a últimas de la noche – personalmente, prefiero madrugar – y a cualquier zona de la casa en la que haya un asiento medianamente cómodo y, si es posible, una mesa.
4. No es fácil adaptarse a rutinas de quien trabaja en remoto
“Yo me adapto” “Trabaja, que te esperamos” “Cuando termines, vamos a…” Las visitas en casa vienen con idea de disfrutar de sus días de vacaciones, de divertirse y de descansar; para quien trabaja en casa es muy frustrante saber esto y, sobre todo, trabajar a contrarreloj con la consciencia de que nos están esperando y, desde luego, ese extra de presión, no ayuda mucho a desenvolver el trabajo a tiempo y con la calidad a la que estamos acostumbrados.
5. La puntualidad británica como concepto está muy bien
Si hay algo que los freelance sabemos bien es que cuando se esperando algo, ya sea un proyecto, una confirmación o un aviso de pago, llegará en el momento exacto en el que te trastoque otros planes. Cuando hay visitas ese momento será al abrir la puerta para salir a donde sea, no falla.
Así que indicar una hora concreta y esperar a que se cumpla es como un juego de azar, siempre hay posibilidades de que la suerte no acompañe.
6. La adicción al móvil
Bueno, puede que sí que controlemos el móvil muy a menudo cuando estamos fuera de casa. Pero cuando miramos o escribimos con frecuencia no es porque estemos guasapeando o controlando las redes sociales, sobre todo si estamos en lo que normalmente es nuestro horario de trabajo, lo más seguro es que estemos respondiendo a algún cliente o, simplemente, que estemos leyendo la confirmación de recepción de ese proyecto que enviamos a las 7 a.m.
7. No es necesaria inclusión en todos los planes
El principal motivo por el que las visitas se sienten mal mientras están en casa no es porque:
- estén invadiendo el espacio de trabajo
- el trabajador madrugue
- esté viviendo una doble vida, la de alguien que aparente estar de vacaciones sin estarlo.
El principal motivo de desasosiego y culpa es el día en el que se comunica: “Mañana me quedo en casa porque tengo que trabajar“.
Las razones que alegaremos serán rebatidas con cambios de planes, propuestas de retraso de horarios y todo tipo de sugerencias para que podamos disfrutar del ese día, y tendremos que buscar nuevos motivos. Un gasto de energía innecesario.
De verdad, no pasa nada porque un día nos quedemos solo en casa. De hecho, lo agradecemos mucho, porque será el día que se emplee para realizar todas las tareas que se van acumulando, para poner al día cuestiones pendientes, para concentrarnos, y también para descansar un poco. Creo que, por cada cinco días, al menos uno, se debería “dejar trabajar” uno.
¿Quien trabaja en remoto no sabe desconectar?
En realidad, somos trabajadores sin más. De alguien que trabaja “normal” se entiende que no pueda estar siempre con las visitas, porque tiene sus obligaciones. Nosotros también las tenemos, aunque la oficina esté en casa. No es que no queramos disfrutar de tiempo con quienes nos visitan, lo que no nos gusta es escuchar la voz de la culpabilidad recordándonos:
-“Deberías estar trabajando”
-“Tienes un montón de cosas pendientes y tú aquí haciendo fotos”
-“Lo que cuesta esta paella es lo que no estás ganando hoy”
Nos apetece, como al que más, tener días libres, ¡y ya nos gustaría que nuestras vacaciones fueran eternas!, pero como cualquier trabajador hay que cumplir obligaciones y disfrutamos más cuando sabemos que podemos concentrarnos en aprovechar al máximo los días libres que nos regalamos.
Vaya María que tema!
Y si, si yo te digo que he veraneado y he trabajado simultáneamente. He recibido visitas que a veces me trastocaban bastante mis planes para tener todo organizado y preparado para mis clientes
Vivo frente al mar, a 100 mts de la playa, con lo que si bien, no es que reciba muchas visitas, sí viene mayormente es mi hijo mayor con la novia, o mi cuñado, y cómo no voy a recibir a mi bebé que no lo veo en meses!!
Pero como saben que tengo cierta flexibilidad horaria, como que no se percatan de que estoy trabajando y tengo que dejar cosas hechas antes del viernes o el sábado al mediodía a más tardar, estudiar estadísticas, diseñar creatividades, hacer los copys de los posts en redes sociales, y tengo que pensar y estar tranquila para inspirarme, si me están hablando constantemente no me puedo concentrar , que parece que estoy boluedando por internet o por el móvil, pero no, estoy trabajando!
El tema es que la oficina está en el salón .. Ya sé. mal, muy mal, pero tengo un piso de 2 dormitorios, uno mio y mi marido y el otro, mi hijo menor.
Pero el atender visitas me fue llevando a tener unos horarios bastante draculianos por decirlo de alguna manera. Estoy hasta las tantas para dejar todo hecho, ya no me duermo y cuando me duermo es cuando escucho los pajaritos de la mañana. En fin, cuando voy a hacer footing a las 7 u 8 pm (depende del calor, para desconectar y mantener cuerpo y mente sana) , pienso que dentro de lo malo, que tampoco es mucho, hay que agradecer que puedo manejar los horarios a mi modo y esa es la libertad que te ofrece de ser freelance, que no significa que me rinda económicamente, eso va leeeeento jajajajaajaj.
Gracias por el artículo, siempre me siento identificada con tus posts.
Hola Perla:
Bueno, estos posts los escribí cuando no era mamá freelance y tenía suficiente espacio (y tiempo) para trabajar con comodidad y libertad, ahora es todo un poco más caótico.
Saludos
Me imagino, los cambios son así hasta que te vuelvas a organizar. Cuando el bebé tenga ritmos más estables de dormir y comida.
Un abrazo grande
Hola María: qué razón tienes. Yo ya sabes que tengo a alguien muy cercano que trabaja en casacy a veces no me doy cuenta cuando le meto presión para hacer planes y el tiene trabajo. Un besazo y que sepas que no me olvido de ti, pero es que el cierre del semestre ha sido brutal!
El verano trastoca todas las rutinas! No te preocupes 😉 Cuando te venga bien. Saludos!!
La gente tiene especial obsesión además con el punto 7, como si un plan con pocas personas (o por individual) fuera la gran locura
En fin, creo que ha hecho un buen resumen de esos pequeños detalles que la gente que no trabaja desde casa desconoce 🙂
¡Un abrazo!
Pues sí! Lo curioso es que hasta se sienten culpables por no incluirte y hasta buscan todas las alternativas posibles: salir o volver más tarde, cambiar actividades y días…Total, una situación que no es ideal para ninguna de las partes!
Saludos
Te comprendo perfectamente María, más si tenemos en cuenta el hecho de que vivo el la playa, zona que se presupone es de vacaciones y menudearían las visitas si no fuera porque, dsdo que soy total y absolutamente incorrecto políticamente, avisé a todos de que no tenía sitio en mi casa para recibir a nadie.
Un abrazo 🙂
Te comprendo perfectamente María, más si tenemos en cuenta el hecho de que vivo el la playa, zona que se presupone es de vacaciones y menudearían las visitas si no fuera porque, dsdo que soy total y absolutamente incorrecto políticamente, avisé a todos de que no tenía sitio en mi casa para recibir a nadie.
Un abrazo 🙂
Un artículo muy acertado. Lo peor es cuando intentan cambiar los planes para que puedas acoplarte cuando tú lo que quieres es quedarte solo y poder adelantar.
Exacto! Es muy frustrante y agotador!
No sabes cómo te comprendo! Actualmente me da hasta “pánico” recibir visitas jajajajja me tensa el sólo pensar que pueden ofenderse si digo “me quedo porque debo trabajar” Claro que me llena de felicidad recibir visitas, lo feo es que no comprendan ese espacio, que en vez de estar fuera de casa en una oficina, estás simplemente encerrada en “tu espacio de trabajo en casa”… Excelente artículo! Abrazo!
Exacto! No es que no quieras estar con ellos: todo lo contrario!! Y lo triste que es ver las caras, cuando dices que no puedes acompañarles, o que hay que salir más tarde porque vas a entretenerte con un proyecto… Pero el trabajo hay que hacerlo y como en el dicho: “Primero el deber, luego la diversión”.
Un abrazo
todo trabajo tiene suus pros y contras…
animo
Casi siempre hablo de lo bueno, hoy tenía que quejarme un poco jeje. Saludos
Desahogarse descansa la mente y el cuerpo