Hay algo que todos los trabajadores por cuenta propia tenemos que tener claro desde el primer día que colgamos el cartel de “Abierto”: habrá épocas del año en las que la actividad será frenética, pero otros serán periodos de baja demanda en los que a la bandeja de entrada de correo no llegan ni emails comerciales…
Pues sí: los periodos de poco trabajo freelance son una realidad.
Periodos de pocos proyectos, parte de ciclo de un negocio
Ya he comentado en varias ocasiones que la primera vez que viví uno de estos periodos, me asusté bastante. Llevaba unos seis meses en activo y, de repente, estuve un mes y medio sin recibir proyectos, así que fue golpe de realidad… Por suerte, terminó, de hecho, le siguió una buena época. Para la siguiente vez que ocurrió, ya estaba más establecida y el susto fue menor , a partir de la tercera ocasión, entendí que los periodos de mucho trabajo y poco trabajo son normales en el trabajo por cuenta propia.
Es más, en mi caso, son cíclicos y planifico con tiempo a qué dedicar estos periodos. Vacaciones, formación o preparar nuevos contenidos para el blog son parte de mis actividades habituales. ¿Y para el próximo periodo de baja demanda? Uno que pospongo durante el año por falta de tiempo: la creación de un curso.
Cómo superar periodos de poco trabajo freelance

Más pronto o más tarde, llegará un día en el que la bandeja de correo no esté saturada de tareas pendientes, en el que los únicos emails que se intercambian con los clientes son los recordatorios de facturas pendientes y en el que las principales actividades del freelance frente al PC serán pulsar F5 o ver vídeos de gatitos (en mi caso, en concreto, vídeos sobre cómo realizar todo tipo de tareas y actividades yo misma).
Pero: ¿Es esta la mejor forma de superar un periodo de poco trabajo freelance? En realidad, no. Que haya poco trabajo, es una excelente oportunidad para invertir el tiempo en otras actividades o en esas tareas que, por falta de tiempo, se van posponiendo durante el resto del año.
¿Qué hago yo? Hace años, como digo, mucho F5, mucho videotutorial y mucho perder tiempo… Ahora, tomármelo con filosofía y aprovechar el tiempo. De hecho tengo algunos tips para superar periodos de poco trabajo freelance sin caer en la desesperación y el miedo a quedarme sin trabajo.
1.Aceptar que todos los freelacers pasamos por periodos en los que la demanda cae
Los periodos sin demanda son una realidad, así que es mejor aceptar que llegarán. De hecho, ya aviso de que pueden coincidir con un retraso en los pagos, vamos, que los clientes no es que no se acuerden de mí para enviarme proyectos, es que tampoco se acuerdan de esa factura que hay pendiente por ahí…
2. Evitar el F5 cuando hay poco trabajo
O lo que es lo mismo, desengancharse del PC por el miedo a que en esos cinco minutos en los que no estoy conectada un cliente vaya a escribir para proponer un proyecto superurgente y que necesita respuesta inmediata.
Mirar la pantalla mientras se cruzan los dedos es una tarea muy frustrante y con la que solo se consigue perder tiempo, pero además, hay una ley del universo que dice que el proyecto llegará, efectivamente, cuando no estemos conectados y no tengamos posibilidad de revisarlo y responderlo. O peor aun, inexplicamente el correo terminará en la bandeja de SPAM y lo veremos un par de días más tarde…
Pero vamos, en cualquier caso, que pasarse seis, siete u ocho horas sentados delante de la pantalla solo atraerá un interesante dolor de espalda, así que mejor evitarlo, que tampoco es el mejor mes para pagar un fisio, precisamente…
3. Prever estos periodos de poco trabajo
Un buen hábito del trabajador por cuenta propia, trabaje desde casa o fuera, es realizar planificaciones a corto, medio y largo plazo. Una plan de previsión es un excelente ejercicio para medir la actividad e impulsar el crecimiento, además, sirve para detectar desviaciones y para seguir mejorando. En mi plan anual no faltan estos periodos de poco trabajo.
Además, como preveo con tiempo que este puede ser un mes de “comer pasta”, sigo un sistema para tener ahorros trabajando en casa que estos momentos me viene de maravilla.
4. Aprovechar para reciclarse, reinventarse, formarse, especializarse
Siendo sincera, un mes de baja demanda no hace gracia a ningún trabajador por cuenta propia. Los pagos siguen llegando puntualmente, a pesar de que ese mes los ingresos sean escasos o nulos.
Pero en lugar de lamentarse, este mes puede ser un tiempo para invertir en mejorar el perfil profesional realizando esos cursos de formación con los que actualizarse o con los que mejorar competencias. También son un buen momento para buscar congresos, charlas y seminarios para conectar con otros freelancers y establecer nuevas oportunidades.
5. Aprovechar para analizar, medir, buscar…
En todos los modelos de negocio siempre hay cabida para las mejoras, solo que a veces, enfrascados como estamos en desenvolver proyectos. Pero los momentos de descanso en los que no hay tanto trabajo son perfecto para revisar planes de previsiones de años anteriores u detectar que objetivos no se han cumplido.
Estos periodos también son el momento perfecto para realizar análisis y comparativas de crecimiento, para buscar nuevas ideas o nuevos servicios que ofrecer a los clientes, para detectar las tareas en las que se pierde más tiempo, para revisar gastos y en qué se puede ahorrar, e incluso, para espiar un poco a la competencia, que no digo que yo lo haga… pero no está de más saber qué ofrecen otros.
Por cierto, tampoco es mala idea para hacer una comparativa de precios reales del mercado para el sector, para ir planificando una subida o para plantear alguna oferta con la que captar nuevos clientes.
6. Aprovechar para desconectar
Si hay algo por lo que estos periodos de poco trabajo freelance me gustan es porque se convierten en la excusa perfecta para irme unos días de vacaciones. De hecho, ahora planifico las vacaciones con tiempo suficiente porque ya sé cuando tendré poco trabajo.
¿Y no podría irme de vacaciones en cualquier otro momento? Pues no sé. A veces es difícil renunciar a ese superproyecto tan jugoso que llega justo el 31 de julio… Vale, nunca me han enviado uno el 31, pero he recibido proyectos el 23, con fecha de entrega a primeros de septiembre, que para el caso es lo mismo. Además, el 31 no van a enviarlo porque en las oficinas ya están pensando en vacaciones…
7. Utilizarlos para replantearse nuevos hobbies
Trabajando en casa, es importante tener actividades que obliguen a dejar la comodidad del hogar y a salir a diario. Deporte, actividades creativas o sociales son algunos ejemplos y, a lo largo de año, podemos encontrar cosas que nos apetecería comenzar o, al menos probar, y para las que parece que nunca hay tiempo para esa primera clase de prueba. ¡Un periodo de poco trabajo freelance es el momento perfecto!
8. Compartir inquietudes con otros compañeros
Al trabajar desde casa como freelancers, a veces es normal sentirnos un poco solos, (tampoco es que nos moleste, a la tranquilidad del trabajo en solitario es fácil acostumbrarse, al menos, para mí). Sin embargo, hay ocasiones en las que también se agradece compartir puntos de vista e inquietudes con otros trabajadores por cuenta propia como nosotros, de ahí que las distintas alternativas para conocer y estar en contacto con otros trabajadores digitales sean tan importantes.
Cuando un periodo de poco trabajo se acerca o cuando estamos en uno y se prevé más largo de lo normal, compartir miedos e inquietudes con otros profesionales puede ayudar a ver la situación desde otra perspectiva.
Algunos gurús de los negocios recomiendan tener un freelance compañero del alma, algo así como un BFF de los negocios o una media naranja laboral con la que establecer una relación de confianza para que ambas partes puedan compartir sus problemas, sus miedos, sus proyectos, y – ¿por qué no? – sus éxitos. Yo no tengo, pero según los expertos los beneficios son muchos.
9. Evitar la desmotivación
Si es importante saber como afrontar un periodo de escaso trabajo freelance es por todos los sentimientos que trae asociado cuando no se gestiona bien. A lo largo de los años me he encontrado con compañeros que, en estos momentos, se plantean incluso si son buenos profesionales, o no.
La inseguridad, el desánimo, el miedo a un fracaso inminente e incluso los episodios de depresión son el reverso oscuro de un periodo de baja demanda de proyectos; y son especialmente pronunciados cuando pasamos de un periodo frenético a, de repente, no tener nada que hacer.
Precisamente por ello hay que tener claro que estos momento de bajada del trabajo llegan, puede que sean cíclicos, como es mi caso, o que se produzcan de forma repentina, después de varios años frenéticos…
10. Aceptar las etapas de poco trabajo como un periodo lleno de oportunidades
Sinceramente, los periodos de poco trabajo freelance dan miedo. En entornos tan competitivos como el digital, en el que es fácil que los clientes encuentren mejores ofertas, cada día es un desafío y que, de repente, los clientes desaparezcan invita a plantearse: ¿No tienen proyectos para mí o es que han encontrado a alguien que los desarrolla mejor (y más barato) que yo?
Solo el tiempo lo dirá… Lo más seguro, por mi experiencia, es que sea un momento puntual y que pronto todo vuelva a su frenética normalidad. Pero, por si acaso, tampoco está de más plantearse una campaña de captación de clientes, practicar las dotes comerciales y perder el miedo a salir a “picar puerta” en busca de nuevas oportunidades, por si acaso alguno de los clientes habituales no vuelve…
Y vosotros: ¿Cómo afrontáis esos periodos en los que la demanda de proyectos cae? ¿Nunca habéis pasado por ninguna etapa de menos trabajo? ¿Tenéis un compañero freelance del alma con el que compartáis vuestro día a día empresarial?
Contádmelo en comentarios.
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Genial..! Excelente..! Todo tiene sentido…
Qué interesante , María. Ahora mismo firmaría por tener una época con poco trabajo. jajaja. Un abrazo
A veces se echan de menos, sí 😉 Besos
Hola María
En otra época en la que lo habitual eran las labores agrícolas, los campesinos aprovechaban los inviernos en los que prácticamente no se podía trabajar en el campo para arreglar o poner a punto sus herramientas.
Incluso, creaban nuevas herramientas se preveían que las podrían necesitar para la próxima cosecha.
Las herramientas de un freelance son su ordenador y su web o blog. Y te puedo asegurar que poner a punto una web lleva mucho, mucho tiempo. Desde mejorar el diseño y el copy hasta actualizar posts antiguos, pasando por seleccionar plugins y otras cuestiones técnicas que un informático te podría contar mejor que yo.
Y otro tanto se podría decir de poner a punto un ordenador.
Supongo que conoces el cuento del leñador que no afilaba el hacha. Se puede crear uno parecido con un ordenador.
Un abrazo
PD.- Una vez leí que la estrategia es saber qué hacer cuando no se tiene nada que hacer y la táctica es saber qué hacer cuanto se tiene algo que hacer.
Hola #Jerby:
Efectivamente, tu comentario es acertadísimo. EStos periodos con menos trabajo vienen muy bien para ponerse al día con esas tareas que el resto del año se posponen por falta de tiempo. En la era digital, la web es el mejor ejemplo: siempre es bueno tener algo de tiempo libre para dedicarle, para revisar y repasar, para mejorar post antiguos, o incluso para tener alguno preparado para esas semanas en las que no se llega a todo, o esas otras en las que falta inspiración…
Y por lo que dices del tiempo: ¡qué me lo digan a mí! Que este sin ser profesional, me lleva muchas horas, y ahora que me he propuesto revisar y actualizar, voy poco a poco porque me lleva más la tarea de corregir y completar que la de escribir.
Saludos
Geniales tips María!! Abrazos!!
Hola Vale:
Espero que nunca tengas que utilizarlos porque no te falte trabajo, pero si es así, ojalá te sean de utilidad 😉