Trabajo desde casa: ¡No me busques trabajo!

No me busques trabajo: yo ya tengo trabajo desde casa”

Imagino que no soy la única que ha tenido que decir esto o algo parecido porque aunque tengo trabajo desde casa, mis conocidos se empeñen buscarme un trabajo, el que sea, cada dos por tres. Creo que es una de esas cosas de trabajar en casa de la que nadie puede escapar.

Hace poco me volvió a pasar. Creía que, después de tantos años, ya no era necesario tener que explicar cosas como:

  • que trabajo desde casa
  • que trabajo, de verdad
  • que no estoy en fase de búsqueda de empleo
  • que me va bien
  • que me encanta mi trabajo

Pero parece ser que no.

No me busques trabajo: ya tengo un trabajo desde casa

Basado en hechos reales…

12:00. Momento de la pausa para el café. Como viene siendo habitual, busco el móvil para comprobar el WhatsApp. Entre los mensajes encuentro uno de una amiga que me dice que le escriba cuando tenga un rato. ¡Perfecto! Ya tengo solución para la charla del descanso de media mañana. La saludo y después de un poco de charla informal me suelta la carga, así sin previo aviso:

“Te he encontrado un trabajo de lo tuyo.”

Por un momento pienso en algún proyecto interesante relacionado con mi empleo Pero no me da tiempo a imaginar mucho más porque mi amiga vuelve a escribirme:

Es de comercial, en mi empresa. Están buscando a alguien con idiomas y he pensado en ti. Además puedes compaginarlo con lo que ya haces.

Obviando el “lo que ya haces”, le contesto que no me veo trabajando de comercial, recalcando que, aunque pidan idiomas, “no es lo mío”. Pero no es fácil librarse de un salvador decidido a hacerte abandonar el mundo del trabajo freelance en casa, y ella añade:

Que sí, que está muy bien. Te dan un fijo, no es mucho porque es un trabajo a media jornada, pero puedes conseguir bastante a comisión si te lo curras.

Aquí ya estoy leyendo “te lo curras” “bastante a comisión” y “media jornada” no son una combinación muy lógica. Así que le dejo claro que no dispongo de media jornada y que, por cierto, el descanso de las doce está agotándose y tengo que volver a la tarea. Pero aún insiste:

No, mujer, si puedes compaginarlo. Son solo unas horas al día. Bueno, tendrías que hacer un curso de formación de ocho horas diarias, pero solo durante tres semanas.

Me faltó poco para decirle: “No me busques trabajo. Yo ya tengo un trabajo desde casa, de lo mío. ¡Y me encanta!” Pero me pudo la vergüenza y, simplemente, dije que no estaba interesada y le sugerí que se lo ofreciera a alguien que realmente esté buscando trabajo y que pueda aprovechar la oportunidad.

No es la primera vez

Esta, que me ocurrió hace poco, es solo la última de una larga lista de historias en las que el objetivo de un familiar, amigo o conocido es encarrilarme hacia la senda del trabajo “normal” fuera de casa.

¿Lo que hace especial este caso en concreto? Que en esta historia mi amiga tenía una oferta de trabajo concreta. No son pocas las veces en las que, en medio de una conversación, me sueltan un:

Pues la tienda esa de ahí parece que funciona, igual podías echar un CV a ver si hay suerte”

“Estuvimos de viaje y la guía era majísima, nos acordamos que ti, y de lo bien que estarías trabajando así”

“Mi sobrino está en Londres encantado, ¿por qué no te vas a probar suerte?”,

 Y otras frases similares con sugerencias de trabajos de lo más variopintos, azarosos e inestables.

Entiendo que el trabajo en casa pueda parecer raro y que extrañe porque no es lo habitual, pero de ahí a ofrecer ideas de trabajo al azar, y vuelvo al redil del trabajo en un sitio que no es mi casa, creo que hay un mundo.

No me busques trabajo. Apóyame en mis sueños

ES curioso que los que damos el paso al frente y nos lanzamos a perseguir un sueño como el de poder trabajar por nuestra cuenta, nos encontramos con la presión del entorno en demasiadas ocasiones.

Gente a la que queremos, apreciamos y de la que valoramos sus opiniones nos da a entender, mediante sus charlas incesantes de oportunidades de trabajo, que nuestros sueños son solo eso “sueños”, pero que hay que tener un trabajo “real”, y real quiere decir fuera de casa: Que nos vean salir por la puerta de casa todas las mañanas y entrar por ella al atardecer.

No importa si ese trabajo no tiene nada que ver con nuestra formación, nuestra experiencia, nuestra forma de ser, nuestros sueños, es un trabajo “de bien”.

Tampoco importa que el trabajo en casa que hemos inventado de la nada, el que hemos creado de cero y construido paso a paso, sí que tiene que ver con lo “nuestro”. No importa si a base de esfuerzo ya tiene una buena base, si no faltan proyectos o si es un trabajo que se puede considerar estable (dentro de los límites del trabajo freelance, vale). ¡Mucho menos va a importar si te hace feliz!

Y como no les importa, seguirán buscando. A mí tampoco me importa que gasten su tiempo pensando en cómo encarrilarme para que vuelva al redil del trabajo fuera de casa. Yo, en cambio, tengo muy poco tiempo libre, mi trabajo freelance me lo roba casi todo.

7 comentarios

  1. Yo no trabajo estrictamente sólo en casa, pero si que lo organizo todo desde casa. Me identifico contigo porque a pesar de que tengo un trabajo que aporta ayuda económica en casa, me hace feliz y puedo hacer lo que me gusta… la gente (familia y amigos) se empeñan en que algún día encontraré un trabajo de lo mío (cosa que ya tengo porque encima este trabajo está relacionado con mis estudios), que ya veré como saldrá todo bien y encuentro algo. No me pasa como a ti, que te buscan algo, porque vivo en el extranjero y no se apañan con el idioma, que si no lo harían fijo. Hoy en día si no sigues una pauta dentro de lo considerado normal, es como si estuvieras viviendo debajo de un puente pidiendo socorro. No saben entender que eso es lo que quieres hacer, que es lo que te gusta y que es un trabajo de verdad y punto. Respetar y basta. Entiendo que no hay malas intenciones y que se “agradece” pero también es muy normal estar harto de esos comentarios.
    Me ha gustado tu blog y creo que de paso me he desahogado un poquito jejeje. Nos seguiremos leyendo y sigue trabajando en aquello que te gusta independientemente de lo que piensen los demás.

    • ¡Gracias! Con tu comentario has resumido a la perfección el nombre del blog, que elegí con un poco de ironía porque hay quien cree que esto de trabajar en casa es como subsistir hasta que salga algo “bueno”, porque esto es malo, claro… y, sin embargo, a lo que hay que “sobrevivir” es a todo lo que viene unido a trabajar desde casa: el entorno, los familiares, las ofertas-estafa… ¡Y tantas cosas!

      Que me busquen trabajo es solo una de las muchas cosas que me han pasado estos años, que me consuelen diciendo que ya llegará algo “bueno”, que me suelten frasecitas típicas (“bueno mujer, así no te aburres”; “mientras sale otra cosa, está bien, pero sigue buscando, porque tienes que pensar en el día de mañana”; “¿Trabajas en negro? Porque con esto para cotizar no dará…), que me miren con lastimilla o, peor aún, con cara de incredulidad cuando hablo de clientes o proyectos, son cosas del día a día. Esas, y otras.

      Por suerte, un buen día se me ocurrió abrir un blog para desahogarme, y otro se me ocurrió salir del anonimato y firmar mis artículos y, bueno, no te voy a decir que esto haya sido la revolución, pero algo más me respetan. A modo de anécdota te diré que hay quien se ha reconocido, o ha reconocido a otras personas, en algunas de las anécdotas que cuento jeje, así que ahora se piensan mucho lo que dicen 😛

      Muchísimas gracias por tu comentario, que me ha alegrado el día.

      ¡Que tengas una feliz semana! Un abrazo.

      • Muchísimas gracias por tu respuesta! a veces por estos mundos encontramos un poco de comprensión. Siempre hay alguien que pase por algo parecido. Fijate tu y yo y eso que no es exactamente la misma situación, pero si las mismas sensaciones jeje.
        ¡ Qué tengas feliz semana tu también! un abrazo

  2. No podría sentirme más identificada con tu artículo: como ya has comentado en alguna ocasión, la gente tiende a pensar que trabajar en casa equivale a un trabajo “de andar por casa”, donde una se lleva todo el día con los rulos puestos y la bata de boatiné/guatiné, “paseándose” del despacho a la cocina y de la cocina al despacho hasta que llega el fin de la jornada.
    Y claro: se sienten en la “obligación” de buscarte una ocupación “de verdad” (nótese la ironía;-)), de las de “toda la vida”, con sus madrugones, trayectos de 1 hora para ir y otra para volver, jornadas (¡partidas!) de sol a sol, tras las cuales llegas a casa con el tiempo y la energía necesarios para cenar, ducharte e irte directa a la cama mientras piensas “mañana será otro día”…Porque si esa es la “ruta preestablecida e inamovible” que siguen ellos, tú no ibas a ser menos, ¡faltaría más! (sigo con la ironía, eh:-))

    Me encanta lo que escribes (y cómo lo escribes), así que me quedo por aquí^_^

    Un saludo

    • Muchísimas gracias por tu valioso comentario. Creo que a veces es difícil lograr que lo acepten, porque tú estás regalando tu esfuerzo y tu tiempo para perseguir tus sueños, mientras que otros solo los regalan a otros… Un saludo

  3. Te felicito por defender tu posición y trabajar para cumplir tus sueños desde tu propia casa. La gran mayoría de las personas prefieren hacer lo que hace todo el mundo para ser aceptados por la sociedad, así, se entregan a trabajar por los sueños de otros, ignorando sus propios sueños.

    • Efectivamente, no siempre es fácil ir contracorriente, pero no por ello hay que tener miedo. De ahí que mi blog se llame como se llama: hay muchas cosas que hacen difícil perseguir un sueño, pero lo importante es resistir y “sobrevivir a todas ellas” por aquello en lo que se cree. Muchas gracias por pasarte y comentar.

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