Errores de teletrabajador novato que yo también cometí

¡Qué ilusión el día en que por fin me decidí a ser freelance desde casa! Había oído y leído tantas cosas buenas sobre ser freelance desde casa que en mi cabeza ya aparecían imágenes de lo realizada que me sentiría y lo mucho que ganaría

errores de teletrabajador

Varios años después, y mirándolo todo con perspectiva, reconozco que en la balanza pesa más lo positivo que lo negativo, aunque también reconozco que por el camino he cometido varios errores de teletrabajador novato que han sido como piedras en las que he tropezado.

Por qué en ocasiones me he aferrado a proyectos que en realidad aportan ningún beneficio personal o profesional es algo que nunca llegaré a entender del todo, supongo que son parte del proceso de aprendizaje del trabajador desde casa, errores de freelance novata por los que hay que pasar para saber hacia dónde se quieren dirigir los pasos de la trayectoria profesional.

¡Lo reconozco! He caído en todos estos errores de teletrabajador principiante

Trabajar en sectores o temas que no me gustaban

Cuando comencé a buscar trabajo, e incluso más adelante, realizaba búsquedas en empresas y en sectores que poco tenían que ver con mi especialidad o con mi experiencia. La verdad es que lo hacía pensando que cuanto mas amplio fuera el campo de búsqueda, más posibilidades de encontrar proyectos y, sobre todo, de obtener ingresos para pagar las facturas..

Sin embargo, cada uno de estos proyectos que se confirmaban se convertían más en una carga que en motivo de alegría por tener trabajo. Eran los trabajo que postergaba, que realizaba con desgana, que me hacían perder tiempo y, en no pocas ocasiones, que me han dado más de un quebradero de cabeza.

Ahora centro mi esfuerzo en trabajar en aquellos proyectos que realmente me gustan o, al menos, en aquellos que sé que no me van a suponer pérdidas de tiempo en búsqueda de información, frustración, dudas, confirmación, repaso y revisión…

Trabajar con empresas que no me inspiraban mucha confianza

Cada empresa y cada departamento, incluso cada empleado, tienen una forma de ser. Hay personal muy agradable al trato, otros más fríos, pero ello no quiere decir que con unas empresas sea más fácil trabajar que con otras.

Sin embargo, hay ocasiones en las que en el intercambio de emails he empezado a sospechar de que la empresa no es del todo limpia, era más una sensación que algo real, y se iban confirmando por pequeños detalles, como preguntas esquivadas o en requisito que implicaban cambios importantes en mis rutinas.

Ahora vigilo con atención las pequeñas señales que se pueden recavar en los primeros emails y, además, suelo buscar información sobre las empresas. Pero unos cuantos aprendizajes me he llevado por errores de teletrabajador novato con clientes poco fiables, y un caso se podía haber convertido en un susto…

Hacer “regalos”o descuentos

Siendo freelance novata cada nuevo proyecto confirmado era motivo de celebración, y si el proyecto era “importante” me faltaba poco para ponerme a bailar encima de la mesa, así que en un alarde de generosidad, siempre hacía algún descuento o algún “regalo” al cliente en cuestión.

En la mayoría de los casos, esos regalos los he pagado con creces en forma de retrasos en los pagos, de modificaciones posteriores que no se pagaban, de reclamaciones por cada uno de los conceptos que aparecían en las facturas, o de enviar el mensaje de que el regalo era la norma y no la excepción.

Ahora los “regalos” son un recurso que administro de forma férrea porque cuando hago un regalo en forma de descuento en el precio, en realidad estoy regalando mi tiempo y mi esfuerzo.

Alargar el fin de una relación laboral

Este es quizás uno de los errores de teletrabajador del que más culpable me siento. A medida que nuevos proyectos iban llegando, se hacía evidente que había empresas de siempre con las que no podía cumplir, no sin renunciar a tiempo de descanso que, en definitiva, repercutía de forma negativa en la calidad del trabajo.

Con esas empresas tenía cierta confianza con el personal de contacto y me sentía cómoda trabajando y, aunque sabía que no estaba siendo del todo justa con ellos, no era capaz de poner fin a la relación laboral.

Hasta que un día me puse sería y simplemente les comenté las razones. Quizás lo que más me duela es pensar que casi todas reconocieran que era algo que esperaban desde hacía tiempo. Con muchas de ellas aun mantengo el contacto.

Retrasar el momento de proponer un aumento de tarifas

El volumen de trabajo aumentaba, el número de clientes habituales también y el nivel de exigencia de los trabajos lo mismo. Mi experiencia iba en aumento, la formación también. Los precios de los recursos y servicios necesarios para mi trabajo subía, y también los gastos para invertir en nuevos equipos. Pero durante años mis tarifas se mantuvieron estables.

De nuevo, encontraba pequeñas evidencias de la necesidad de redefinir tarifas, pistas que me decían que estaba trabajando “barato”, pero me costó comprender que un aumento de tarifas no era un capricho sino algo necesario y justo para el trabajo que ya estaba realizando.

Simplemente, hice un ajuste adecuado a mi experiencia y a mis conocimientos, y ello suposo un importante aumento repentino, que comuniqué a las empresas con las que trabajo de forma periódica, por suerte, lo aceptaron sin problemas.

Ahora reviso tarifas anualmente y, si corresponde, las comunico con tiempo para que decidan si seguir contando conmigo o buscar a otro profesional.

Seguro que si volviera hacia atrás, este sería uno de los errores de freelance novata en los que volvería a caer, por el miedo a no encontrar proyectos y tal, pero reconozco que ha supuesto grandes pérdidas de tiempo y de energía.

Aunque estoy segura de que no he sido la única que ha caído en estos errores de freelance novata, en los errores de trabajar en casa que me gustaría no haber cometido de los que hable en otra ocasión, o en otros que queda para más adelante… ¿Alguno que podáis añadir vosotros?

8 comentarios

  1. You made my day! 😀 Me alegro de que te haya ayudado.

    A veces los trucos más sencillos son los más efectivos. La organización ahorra tiempo y favorece la concentración, a mí, al menos, me da sensación de que tengo el trabajo “bajo control”. Además, mi madre siempre dice eso de “la forma más fácil de evitar ensuciar es no manchar”… ¿hay algo más tedioso que hacer limpieza de escritorio de PC? Si está organizado y se evita el caos de carpetas, también se evita tener que hacer aburridas limpiezas periódicas.

    Gracias por pasarte y comentar.
    Saludos

    Me apunto la idea de post. La verdad es que ahora estoy actualizando post antiquísimos, este fue uno de los primeros que redacté, allá por 2016.

  2. Claramente incurrí en el último punto, hasta que dije… ¡basta! Hoy en día proceso la mitad de trabajo que hace 5 años, y por el mismo ingreso neto. Estaba cobrando demasiado barato…

  3. Muy útil la información. Está genial para que la gente que empieza en este maravilloso mundo no cometa esos errores que un día cometieron otros.

    Gracias por la info!

Deja un comentario