Lo reconozco: una de las ventajas que más me gusta de mi trabajo es que no tengo que realizarlo necesariamente desde casa. Por eso, en ocasiones, trabajo en lugares que:
- no son mi espacio de trabajo
- no están en mi casa
- no están en mi ciudad
- no están en mi país.
El PC se ha ido conmigo de vacaciones en alguna ocasión, pero la situación no ha sido tan idílica como había planeado y el motivo es fácil de entender: trabajo y vacaciones son cosas bien distintas.
Pero también he de decir que en ocasiones, simplemente, cambio el lugar desde el que trabajo y viajo aprovechando la libertad de la que dispongo y, por supuesto, que los precios de los viajes están más bajos cuando la temporada alta termina y que los seguros de cancelación de viajes ofrecen un extra de traquilidad.
Cómo viajar con un trabajo remoto
A partir de mi experiencia, tengo claras algunas cosas que son importantes para trabajar cuando se tiene un trabajo remoto
¿Viajar trabajando o trabajar viajando?
Después de una fatídica experiencia de ir de vacaciones con el PC, tengo clarísimo que las vacaciones son ese momento del año en el que el trabajo no tiene cabida. El PC se queda en casa. O sea, que una cosa son mis vacaciones y otra cuando viajo con un trabajo remoto.
Trabajar en casa, sin salir de ella durante todo el año puede hacerse muy cuesta arriba. No es lo más aconsejable para llevar a cabo tareas creativas. Así que, de vez en cuando, muevo el despacho a otros lugares que no son mi casa y planifico algún viaje.
Entre las ventajas:
- Salir de mi zona de confort
- Buscar alternativas de planificación y organización de mis horarios y mis rutinas.
¡Una revolución para mi sistema de trabajo! Revolución que incluye:
- Intentar quitarme trabajos pesados los días antes
- Contar con que los días en los que viajo no trabajo, y casi siempre es entre semana, porque los precios son más bajos
- Al estar en otro lugar, hay que modificar horarios.
Cómo viajar trabajando: ¿Escapada breve o estancia larga?
Una escapada de fin de semana o de puente es lo que es, poco tiempo para ver muchas cosas, para desconectar y para volver con las pilas cargadas. En el caso de que sea un viaje para trabajar en remoto, el objetivo es cambiar rutinas y abandonar la comodidad que tanto me gusta y que tanto me ayuda en el día a día de mi trabajo.
Así que la estancia es lo suficientemente larga como para que me obligue a olvidar la comodidad que tengo trabajando en mi casa, en mi espacio y con mis horarios.
¿Hotel o apartamento?
En un viaje aprovechando la flexibilidad del trabajo en remoto, procuro lanzarme pequeños desafíos que me permitan desarrollar en trabajo en entornos diferentes, pero sin que ello me impida seguir realizando las tareas propias del trabajo.
Es cierto que el apartamento ofrece más espacio y, con un poco de suerte, hasta una zona de trabajo más o menos privada, pero también hay hoteles enfocados a empresas que se convierten en un estupendo despacho improvisado. Aunque también he trabajado en hoteles normales y corrientes con un resultado satisfactorio. Al final, una mesa de trabajo y una silla, varios enchufes y una conexión de red decente son más que suficientes para mantener un buen ritmo de trabajo sea donde sea.
Y si no, siempre es fácil encontrar una cafetería cómoda para trabajar o un espacio de coworking casi en cualquier ciudad; así que no hay límites para viajar y un trabajo remoto.
Organizarse para viajar con un trabajo remoto
Lo mejor de viajar para trabajar en remoto es el reto que supone salir de la zona de confort y renunciar a las comodidades del hogar. Lo peor, que los días antes son una prueba de fuego para determinar la efectividad de mis protocolos de organización en situaciones límite.
Por un lado, hay que llevar al día las preparaciones típicas de cualquier viaje, con todo lo que ello implica. Además, al ser un viaje en el que no dejaré de trabajar, pero un viaje al fin y al cabo, la rutina de los días anteriores incluye:
- Adelantar proyectos importantes para evitar excesos de trabajo esos días
- Adelantar trabajo de los días de vacaciones
- Asegurarme de que el PC contiene toda la información que necesito
- Guardar información y registros online y offline para tener acceso en cualquier momento y salvando contratiempos
- Planificar horarios, por lo general, trabajo por las mañanas y las tardes las dedicar a otras actividades.
¿Y las empresas y clientes?
El objetivo de viajar con el trabajo remoto es realizar cambios que sean beneficiosos para mí y para mi trabajo, pero que no afecten a los proyectos. Cuando viajo y trabajo en remoto no aviso a los clientes salvo que sea imprescindible; por ejemplo si me envían algo urgente al última hora de la tarde antes de salir de viaje, aunque tampoco quiere decir que lo esconda, si tengo que indicarlo porque afecta al desarrollo de un proyecto, o por otros motivos, simplemente lo digo.
Cómo trabajar en remoto y viajar
El trabajo diario en casa, un espacio en el que también se vive, en el que se disfruta de tiempo de ocio que, además, es el lugar de descanso y en el que hay que hacer tareas del hogar hace que los trabajadores desde casa podamos perder la motivación, algo imprescindible para conseguir que nuestra actividad sea un trabajo a largo plazo.
Cambiar la ubicación del lugar en el que trabajar es una excelente forma de mantener la motivación y, para mí, es uno de los mejores revulsivos para ponerme a prueba y para demostrar que siempre hay que trabajar para seguir mejorando en todas las circunstancias. Por ello viajo y trabajo en remoto algunas veces al año.