Pues eso: que estoy hasta los cojones de las revisiones de traducciones.
Vaya por delante que este es un artículo de desahogo, y que seguro que no soy la única traductora que está cansada, hastiada y aburrida de que clientes intenten colarle revisiones para ahorrarse el trabajo de pagar un proyecto completo de traducción.
Comenzaré por el principio…
Revisiones: La película
Recibo un email de una de las agencias de traducción con las que trabajo habitualmente.
- Priopridad alta
- URGENTE en el asunto
Al abrir el email, se vuelve a indicar que se trata de un trabajo urgente y que el cliente ya ha aprobado; así que ya se envía con el código. Ahora bien, el cliente ya lo ha aprobado porque, como se puede leer más adelante:
- Al tratarse de una revisión, se pagará el 50% del precio habitual de traducción
- Todas las correcciones se deben marcar el rojo
Descargo el documento y me encuentro con una traducción de la que solo encuentro dos explicaciones:
- Traductor autómático
- Trabajador de la empresa que sabe un poco de español
Es decir: no es una revisión, es una traducción. Me he pillado tal cabreo que he dicho que no tengo tiempo.
Revisiones de traducciones: La pesadilla
No me gusta hacer revisiones, porque en la mayoría de los casos es un trabajo de traducción, pero al que hay que dedicar aun más tiempo. ¿Qué por qué?
- Hay que trabajar sobre el archivo enviado en lengua de destino, pero teniendo en cuenta también el texto original.
- Es necesario leer un texto que, en la mayoría de los casos, marea por la cantidad de frases sin sentido.
- Se necesita convertir eso en un texto fácil de leer.
- Hay que asegurarse de que la uniformidad de los términos en lengua de destino empleados a lo largo del texto.
- Si es un cliente, habitual y ya se cuenta con un glosario, hay que buscar la uniformidad con otras traducciones anteriores.
- Cuando es un cliente nuevo, hay que buscar material anterior o publicaciones para conocer la terminología que emplean y el tipo de traducciones que se han hecho hast ese momento.
En resumen, las revisiones no son la parte fácil de la traducción: ¡sino todo lo contrario!
Revisar ESA traducción
En concreto, esa traducción me ha puesto de especial mal humor por estos motivos:
- El cliente final es bastante pesado con los presupuestos y las tarifas. Siempre está buscando la forma de que le haga un descuento.
- Ya se había aprobado el trabajo y, por si fuera poco, lo envían como urgente y de prioridad alta
- Se solicitaba marcar en rojo todas las partes que se modificaban, que parece que, además, están intentando asegurarse de que van a pagar solo si se cambian suficientes cosas.
De verdad: ¿Es algo que solo me pasa a mí? O hay algún traductor más cansado de que le cuelen este tipo de revisiones de traducciones.