Ser freelance barato: ¿Por qué no conviene?

Una creencia común entre los freelances novatos es que, para conseguir los primeros proyectos hay que tirar de una fórmula que une tarifas muy bajas con una altísima disponibilidad y ser un freelance barato. ¡Error! Por muy extendida que esta creencia esté, no es muy buena idea trabajar barato, y mucho menos al principio.

Cuando una creencia está tan extendida y se realiza con tantísima frecuencia, al final se asume como válida. Y en el mundo freelance y del trabajo en casa, los trabajadores tenemos que superar tres problemas básicos:

  • el aislamiento;
  • la falta de comunicación con otros profesionales;
  • la invisibilidad de tener el despacho en casa,

Tres aspectos que no hacen sino alimentar la creencia de que la única forma de conseguir empezar a trabajar es rebajar las tarifas, con la condición de que sea solo. Incluso tendemos a engañarnos a nosotros mismos diciéndonos que:

Serán solo un par de proyectos, lo justo para tener algo de experiencia demostrable. Luego dejaré de ser un freelance barato.

¡Error otra vez! Comenzar como el freelance más económico puede no resultar la solución infalible que se cree, sino más bien se puede convertir en un lastre con el que se cargará durante buena parte de la trayectoria profesional. E incluso durante todo el tiempo que dure el trabajo en casa por cuenta propia.

No conviene trabajar en casa barato y estas son las razones

ser freelance barato
¡Echa cuentas! No te sale a cuenta trabajar en casa barato.

La tarifa está relacionada con la imagen

El principal handicap al trabajar desde casa es que se pierde parte de la visibilidad, no hay despacho fuera y hay que construirse una imagen utilizando diferentes recursos, imagen que hay que cuidar mucho y a la que hay que dar visibilidad para que los clientes lleguen.

Trabajar en casa barato no es la mejor opción para crear una buena imagen de profesional competente, la imagen que se da es la de persona que quiere ganar unos ingresos trabajando desde casa compaginando con otras actividades.

En realidad, ese es una camino que conviene evitar desde el principio porque condicionará el trabajo, la imagen, la motivación e, incluso, hará que el profesional sienta que su trabajo y su tiempo valen muy poco.

La tarifa está relacionada con la calidad

Sí, sí, ya sé que ni ser el profesional más caro significa ser el mejor, ni ser el freelance más barato te convertirá en el peor. Pero sí que es cierto que, cuando los precios más bajos se relacionan con trabajos de peor calidad y con profesionales con menos competencias, conocimientos y experiencia.

La mayoría de empresas buscan a los profesionales con precios medios, ya que se asocian con una buena relación calidad-precio.

La tarifa está relacionada con la motivación

¿A quién le apetece trabajar cuando se sabe que el presupuesto ni siquiera cubrirá los gastos? Sí, puede que con el primer proyecto, la ilusión de tener una oportunidad eclipse todo lo demás, pero cuando se convierte en el día a día, al final se convierte en un lastre para mantener el proyecto a largo plazo.

Cuando a pesar de los esfuerzos, de las horas extra, de la falta de sueño, y de todo lo demás, la cuenta corriente no refleja el trabajo real realizado, llega un momento en el que no apetece trabajar. O al menos no apetece seguir trabajando así.

La calidad de vida está relacionada con ser un freelance barato

Y es que ser un freelance barato significa tener que trabajar más horas para conseguir lo mismo, o menos, que otros. Con menos tiempo para descansar o para destinar a actividades para desconectar, por no hablar, además, de las limitaciones económicas que ello supone.

Después de todo, trabajar por menos significa menos posibilidades también de vacaciones, si estás llegan, de un presupuesto más limitado para estas. Todo ello, sin olvidar que se tienen que trabajar más horas.

Una tarifa freelance barata condiciona la calidad del trabajo

Sobre la relación del precio con la calidad, me encontré hace poco con el artículo “Bueno, Bonito y Barato” o “Rápido, Bueno y Barato” con interesantes reflexiones sobre este mismo tema.

Por mucho que se intente es difícil es el freelance más barato y, además, hacer un trabajo de gran calidad, al final los tiempos siempre están ahí para marcar el ritmo y no siempre da para exigir la calidad, las revisiones y los controles necesarios para asegurar que el proyecto entregado sea un trabajo de 10.

Si ser un freelance barato es algo que se mantienen en el tiempo, la calidad del trabajo no solo se verá condicionada por la falta de tiempo para dedicar a cada proyecto, sino también por la falta de tiempo, y recursos, para formación y actualización de conocimientos y competencias.

El tipo de clientes a los que se puede aspirar

Hay muchísimos clientes que buscan freelances low cost, sin embargo, la mayoría son empresas que no tienen muy claras cuáles son sus necesidades reales o cuál es el tiempo real que hay que destinar a ellas. En mi opinión, son empresas que se centran en acciones o tareas, pero que tienen muy poca consciencia de los objetivos de estas, además, aunque prometan grandes cantidades de trabajo, suelen ser relaciones de corta duración, porque en cuanto ven que la estrategia no funciona, la cortarán y “probarán” otras, eso sí, dejando claro al freelance su parte de la culpa.

Las empresas “buenas” no se centran solo en las tareas que hay que cumplir, sino que buscan alcanzar objetivos de empresa, para lo que no necesitan un freelance barato, sino uno que sea capaz de conseguir esos mismos resultados.

Todos los trabajadores desde casa, y todos los emprendedores, y todos los empresarios soñamos con tener en nuestra cartera de clientes uno o dos nombres potentes, de empresas que referencia ya que aportan prestigio al negocio y, ¿por qué negarlo? orgullo personal.

Pero trabajando por el mínimo es muy difícil llamar la atención de una empresa importante.

La trampa de ser freelance barato

Hay empresas que son muy conscientes de que están ofreciendo precios realmente bajos, de hecho, es una estrategia a la que recurren algunas que tienen grandes volúmenes de trabajo y quieren trabajadores disponibles 24/7

En definitiva, se trata de pagar poco y de ofrecer mucha cantidad de trabajo, para que el freelance centre su objetivo en ganar dinero a base de echar horas y horas. De esta forma, además, no queda mucho tiempo para buscar otros proyectos. Salir de este tipo de trabajos dependerá de la necesidad de trabajo del freelance, y de que tenga claros cuáles son sus objetivos profesionales.

Cuidar la trayectoria profesional y la marca también es no ser freelance barato

Al final, ni buenos, ni malos, ningún freelance tiene a sus clientes asegurados, los clientes llegarán y se irán, en algunos casos se establecerán relaciones a largo plazo, y en otros, no, pero nunca se sabe cuándo o por qué un cliente dejará de contar uno. Lo que siempre tendrá quien trabaja desde casa es su trayectoria profesional, que es la que tiene que cuidar y que es su carta de presentación a los nuevos clientes.

No conviene ser un profesional barato. Lo ideal es tener muy claros los propios objetivos profesionales, el propio perfil, la propia experiencia y darles valor.

A veces es mejor tener pocos buenos clientes que valoran el trabajo, que muchos que nos traten como a máquinas o mobiliario de oficina, como muchas veces digo “Trabajar en casa no significa tener un trabajo de andar por casa” y, al elegir la estrategia de trabajar barato somos nosotros los que estamos alimentando uno de los peores tópicos del trabajo en casa.

19 comentarios

  1. Muy buen artículo, María.
    Es cierto que, al principio, puede ser tentador ser un redactor barato, pero, a la larga, no conviene, y lo explicas de un modo genial.
    Muchas gracias por escribir un texto así de útil para todos los que nos dedicamos a esto (y para los que están empezando).

    • Gracias a ti. Yo también fui novata y recuerdo bien los dolores de cabeza que trae en tema de los precios, las tarifas, las negociaciones y los presupuestos.

      Lo de ser barato es tentador, pero no es lo más recomendable; sin embargo, hace poco en un comentario, indicaban que a veces cuando comenzamos es casi lo único que encontramos, y ni siquiera podemos rechazarlo porque es de un conocido y nos pone en un compromiso…

      ¡Mucho ánimo! Seguro que pronto encontrarás una estrategia a tu medida.

      Saludos

  2. Te doy la razón como siempre (aggg: me gustaría poder discrepar en algo para variar), aunque es un tema delicado. Las situaciones de crisis, como la que hemos vivido, ha obligado a muchos profesionales a mantener sus tarifas estancadas (a pesar del aumento del coste de vida), e incluso a reducirlas porque, como me decía un compañero: “Está muy bien todo eso de que se respete tu trabajo, pero al final hay que comer y pagar la factura de la luz”. De los muchos desafíos que has planteado a lo largo de tus entradas, el de establecer una tarifa adecuada quizás sea el mayor de todos y el que más dudas despierta entre quienes trabajamos en casa. Un beso, guapa.

    • Hola Carmen:

      Y como siempre tu comentario aporta un gran valor. Es cierto que la situación de los últimos años nos ha puesto en un problema, y creo que en el mundo de los que trabajamos en casa aun se mantiene porque muchas empresas siguen con la idea de que los que lo hacemos por cuenta propia y desde casa seguimos aun con el miedo (¿Y cómo no tenerlo?).

      El tema de las tarifas es muy complicado. Hace poco hablaba con una colega sobre una situación frecuente entre novatos: propuso un presupuesto y “se pilló los dedos” por no ser suficientemente específica en qué entraba exactamente, así que el cliente se aprovechó todo lo que pudo y más. Como ella me dijo: “Una y no más. A partir de ahora en el presupuesto lo detallo, lo preveo y lo incluyo absolutamente todo. Si luego hay que quitar, seguro que al cliente no le importa, pero es la última vez que lo paso mal por regalar mi tiempo”. Pues eso, que lo de la tarifa es una de las tareas más complicadas, y de laa que más quebraderos de cabeza nos dan.

      Un beso.

  3. Hola María

    Permíteme que discrepe un poco sobre la invisibilidad. Que trabajes en casa no implica que no te puedas comunicar por Skype, por ejemplo, con tus clientes. No estaría tampoco de más, crear un pequeño set de grabación en casa por si quieres potenciar tu canal de vídeo.

    No tiene que ser algo pretencioso. Hay numerosos vídeos donde puedes ver cómo se puede construir un set de grabación con buena apariencia por poco dinero.

    Esos vídeos en los que se ve de fondo una puerta y un armario no invitan precisamente a que te paguen mucho por tus servicios. En cambio, si aparecen un par de estanterías con libros bien seleccionados y algún cuadro de calidad, cambia bastante la cosa y ya podríamos estar hablando de otro tipo de presupuestos.

    Un abrazo

    • Hola Jerby:

      ¡Totalmente de acuerdo! Y puede que estemos en casa, pero al final a la mayoría de clientes les gusta hablar en persona e, incluso, ver cara a cara al profesional al que confían sus proyectos, así que la conversación por Skype es casi un “imprescindible” o, por lo menos, una conversación telefónica. De hecho, es otro buen motivo para contar con un espacio de trabajo propio: disponer de un fondo “profesional”.

      La verdad es que cuando hablo de invisibilidad, no me refiero a que los clientes no te vean “en persona”, sino a que no hay un “despacho” o una “tienda” a la que los clientes acudan, un lugar de trabajo “de referencia”. De hecho, he dedicado algunos post a conversaciones y reuniones con clientes, y en el futuro volveré sobre este tema porque me parece muy interesante, espero que no te importe que me apunte tus sugerencias sobre el set de grabación (no te preocupes, que si las utilizo, siempre cito a quien me dio la idea).

      Saludos

      • María, puedes utilizar mis sugerencias tranquilamente sin ningún problema. Una vez leí en una taza:

        ‘Soy un escritor y todo lo que digas puede acabar en alguna de mis historias’ 🙂

        No sé cómo será en ciudades pequeñas, pero en grandes ciudades siempre hay espacios de coworking que se pueden alquilar a precios razonables si la reunión con un cliente lo merece.

      • E incluso hay centros de estudios que alquilan aulas por horas, y algunas están muy bien equipadas (lo sé por mis años como profe), de hecho si alguna vez necesitara una ofi para algunas horas, creo que esta sería mi primera opción.

  4. Lo que no me gusta de trabajar en casa es él aislamiento,creo que no me haría bien,me gusta interactuar,hablar,salir,tomar él aire. Es difícil acostumbrarse pero tiene también sus ventajas,eso creo. Tampoco creo que comenzad barato no es bueno,no es profesional y te restara valor a ti y a tu trabajo

    • ¡Hola Olivia!

      Tienes toda la razón, yo lo que peor llevo es el aislamiento, algo tan tonto como las charlas del café las echo mucho de menos. Aunque eso sí hago el esfuerzo de salir a diario, también en mis horas de trabajo, por ejemplo, cinco minutos a comprar el pan.

      Sobre el precio, además de restar valor, puede ser un elemento tan desmotivador como la soledad: trabajar mucho y bien y que la recompensa sea baja, al final acaba agotando la motivación.

      Un saludo

  5. Hola,
    Además, hay que añadir, que muchas veces, por ser inexperto y querer tener algo que enseñar, se tiende a coger favores/compromisos. Que tampoco pagan lo que vale, y que al final perjudican en el trabajo y en lo personal.
    Muy cierta tu reflexión. Como ya te dije, espero algún día ser capaz de poder prescindir del tema oficina.
    Saludos!

    • Hola:
      Me encanta tu aportación. Sobre los trabajos a los amigos y conocidos ya he hablado en alguna ocasión, pero es verdad que es una de las formas más frecuentes de obtener las primeras oportunidades, aunque no siempre resultan como se espera: o busca obtener el trabajo casi gratis y/o nos hace sentir como si nos estuviera haciendo un favor y/o desprecia el trabajo y/o busca que con un presupuesto bajo y muy pocos recursos desarrollemos un trabajo de altísimo nivel.

      Gracias por tu comentario.

      Un saludo

  6. La verdad es que si vemos algo «demasiado» barato, sospechamos.
    Por lo que estoy viendo, en la corrección sí que hay como rangos (en plan, un novato no cobra más de tanto).
    A mí me parece que tu exposición tiene mucho sentido. ¡Gracias!

    • ¡Hola!

      Tienes mucha razón, en todas las profesiones, o al menos en las que yo conozco, no se paga lo mismo al novato que al experto, después de todo, la experiencia tiene un valor.

      Por ejemplo, yo en mis inicios casi nunca regateaba o ponía en evidencia mi experiencia, ahora, sí, y no tengo miedo a decir que me parece poco.

      Lo que quería poner eN relieve con este artículo es que hay que ser muy consciente de cómo nos puede condicionar el precio inicial y de que sí, puede parecer que ser muy barato es la vía rápida hacia conseguir proyectos, pero no la vía más recomendable.

      La verdad es que es un tema muy complicado, pero creo que buscar referencias, e incluso preguntar a profesionales, puede ser una buena alternativa, aunque dé un poco de vergüenza. A mí, por ejemplo, me suelen escribir preguntándome si tal o cual tarifa es adecuada, y siempre doy algunas referencias sobre mis inicios, el rango de precios y lo que es inaceptable, porque considero que la sinceridad entre colegas es la mejor forma de proteger una profesión.

      Es difícil “acertar” con un precio de novato que no haga sospechar que el trabajo tiene poca calidad o, aun peor, que el profesional está perdido en cuanto a precios, con lo que habrá empresas que se aprovecharán de ello y que, incluso, creerán que el valor del trabajo es menor, y de ahí al “eso lo hace cualquiera” hay solo un paso.

      Un saludo

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