¿Enviar o no enviar postales navideñas? [Actualizada]

¿Enviar o no enviar postales navideñas a clientes y proveedores?Estos son algunos aspectos que conviene valorar antes de preparar tus postales de Navidad profesionales.

La Navidad está a la vuelta de la esquina y eso se nota, también en el mundo de los que trabajamos en casa, y no solo porque árbol, Belén y otras decoraciones reducen nuestro espacio de trabajo… Al llegar estas fechas entrañables, junto a la presión del fin del año, de cerrar balance y cuentas, y de entregar todos los proyectos a tiempo, nos asaltan dudas de lo mas variadas.

Dudas existenciales que todo freelance afronta en Navidad y para las que no hay respuesta fácil. Preguntas que nos consumen, ocupando el poco tiempo del que disponemos entre proyecto y proyecto.

  • ¿Empiezo a comprar o espero a ver si algún cliente me envía alguna cesta navideña como regalo?
  • ¿Me van a pagar antes de las vacaciones o comienzo a planificar menús navideños a base de pasta?
  • ¿Qué pasará si me permito unos días libres esta Navidad?
  • Vuelta al trabajo: ¿Después de Año Nuevo o después de Reyes?
  • Y mi favorita: ¿Podré acabar este proyecto/apartado antes de que se me queme el asado?

Estas preguntas surgen ya con la Navidad a las puertas, o incluso una vez metidos en periodo navideño, aunque hay una que es el detonante de las dudas existenciales del freelance en Navidad.

Esa pregunta es:

¿Tendré siete años de mala suerte si no envío postales navideñas a mis clientes?

Hoy voy a comenzar por el final y desvelo mi política sobre postales navideñas virtuales, lo que deja clara mi opinión. ¡ATENCIÓN SPOILER! Yo no envío postales navideñas desde 2014.

¿Qué pasaría si este año no envío postal de Navidad a mis clientes?

enviar postales

Para el común de los mortales Halloween es la fiesta para pasar miedo, para un freelance este momento llega por la Navidad. En concreto, el día que recibe la primera postal online de felicitación navideña.

No falla: con la primera postal recibida en la bandeja de correo electrónico empiezo a temblar y mi cabeza se llena de dudas:

  • ¿Tengo que responder al email con un «Feliz Navidad»?
  • ¿Tengo que devolver una felicitación virtual yo también?
  • ¿Si paso de responder y finjo que no la he recibido me meterán en una lista de «freelance con los que no trabajar el próximo año por falta de espíritu navideño«?

Y si decido enviar postal navideñas, ¿A quién la envío?:

  • ¿A las empresas con las que trabajo?
  • ¿A las empresas con las que trabajé este año, incluso si no volvieron a escribirme desde febrero?
  • ¿A las empresas con las que alguna vez trabajé?
  • ¿Envío al directivo, que es el que paga; al de administración, que es el que decide cuándo pagar; al personal de contacto, que es con el que más hablo?

Y además de los clientes, que son los que me dan trabajo:

  • ¿Qué hay de los distribuidores y proveedores?
  • ¿Y de los comerciales?
  • ¿Tengo que enviarla también a otros freelance con los que haya colaborado? 

Más que una duda existencia del freelance por Navidad, el tema de las postales navideñas es un marrón. ¡Y uno de los gordos!

Empezar a enviar postales de Navidad es un no acabar. Y sé de lo que hablo…

En mi primer año como freelance, llevaba unos dos meses, solo tenía dos clientes, así que envié un par de postales y recibí las correspondientes felicitaciones. La cosa se quedó ahí.

Pero en los años siguientes, el tema de las postales para felicitar la Navidad se fue complicando. Cada vez eran más felicitaciones que recibía, cada vez había más gente a la que felicitar y más motivos para dar las gracias.

Ser la última que enviaba me parecía algo feo, así que, para estar a la altura, en 2014 me curré una postal navideña de un portal que encontré al caso, una como las que hay en esta lista de 8 webs para hacer felicitaciones de Navidad online. Incluso añadí un mensaje personal, algo como:

«Gracias por estar ahí este año. Espero que en el año que comienza podamos compartir muchos más proyectos en común» 

Todo muy navideño, con su arbolito, la nieve, los renos, etc. Orgullosa de mi creación la envié a toda la agenda de contactos de trabajo: ¡Qué gran profesional me sentí! … Durante cinco minutos, los que pasaron desde que la envié hasta que empezaron a llegar las respuestas y, además, de las postales de siempre, un extra de felicitaciones navideñas. Total: ¡Un caos!

Ese año dejar de enviar postales navideñas a los clientes para evitar que se me colapsara la bandeja de correo, en este post de aquí ya expliqué cómo influye la bandeja de correo en mi trabajo, así que lo último que necesito es tener emails innecesarios en la bandeja de entrada.

Sinceramente, no creo que nadie las eche de menos teniendo en cuenta todas las que se reciben en estas fechas. Así me quito el problema.

¿Hay que dejar de enviar postales navideñas?

Mi experiencia no fue positiva así que dejé de enviar postales, pero es realmente difícil evitar el tema de las postales y felicitaciones en estas fechas…

Sí, vale, lo confieso: sigo preparando mi tradicional postal navideña cada año, aunque nadie puede acusarme de disparar primero.

Solo la envío a personas, y recalco personas, no emails corporativos ni genéricos, con las que tenga una relación laboral cercana y si me envían la suya primero.

Algo así como una felicitación de vuelta. Es un sistema un poco miserable, lo sé, pero así no se me colapsa la bandeja de entrada: Leo, envío mi felicitación de vuelta, y borro.

¿Mi plan de no enviar postales por Navidad es infalible?

Me escudo en la teoría de que, en estas fechas y con todas las felicitaciones que se reciben, los clientes no estarán esperando, precisamente, la mía. Al menos, de momento, ninguno me ha escrito reclamándome su postalita de Navidad.

Tampoco tengo constancia de que ninguna empresa haya dejado de trabajar conmigo por ese motivo, por alguno de estos otros que indico aquí, sí, pero por postales navideñas no enviadas, no.

Después de leer esto tienes aún más dudas sobre si enviar postal de Navidad o no enviarla

¡Bienvenido al maravilloso mundo de las dudas existenciales del freelance en Navidad!

No te preocupes. Tengo una alternativa con la que podrás felicitar a todo el mundo sin complicarte la vida: Utiliza las redes sociales para lanzar una felicitación conjunta.

Piénsalo:

  • Te evitas los problemas de tener que enviarla
  • Todo el mundo se da por felicitado
  • Y, si alguien no se da por felicitado, puedes usarlo en tu beneficio «Eso te pasa por no seguirme en las redes sociales».

¿Que el freelance en Navidad se evite los problemas del envío de felicitaciones navideñas? Eso sí que son unas Felices Fiestas.

La idea de este post no es mía, se la debo a una compañera freelance, frecuente por estos lares y que firma bajo el seudónimo de Máximo Disaster, aunque me temo que el artículo no ayuda demasiado a despejar dudas.

18 comentarios

  1. Ja, ja, ja… muy bueno. Me ha gustado mucho tu post y el tonillo divertido.
    La cosa tiene miga y sí, la solución de las RRSS es buena, aun que yo soy partidario de envíar (siempre con CCO, por supuesto). Si la envías mal no vas a quedar. Si es un cliente, porque es cliente, si lo fue, porque te servirá para recordarle que sigues ahí «after all this years» Por el espirítu Navideño… en fin por todo. Ya sabemos lo que pasa: que es un agobio pero creo que hay que asumirlo. Es como las redes sociales, todo el mundo felicitando y tal y uno ya teme entrar para no encontrarse con toda esa vorágine, pero es lo que hay. ¡Se siente! Es mi opinión.
    Muy chulo el post y por cierto ¡Que no se me olvide! 😀 ¡Feliz Navidad y Feliz 2018!

    • ¡Hola!
      Yo creo que cualquier opción es buena siempre que se elija siendo consciente de las ventajas, o no, que ofrece.
      Yo no estoy en contra de enviar postales, pero creo que a veces es un recurso que se utiliza sin saber muy bien por qué, simplemente porque otros lo hacen y yo no voy a ser menos. Una felicitación, sobre todo si es personal, puede ser una excelente forma de mantener el contacto, y también una solución para que nuestros clientes se den cuenta de que, además de freelances, somos personas.

      En lo personal, me gusta mucho la Navidad, con sus tradiciones y todo. Pero veo mucho de postureo en las felicitaciones virtuales, así que, de momento he optado por evitarlas y, simplemente, felicito la Navidad al despedirme estos días.

      Así que… Deseo que tengas una Feliz Navidad y un 2018 lleno de éxitos. Sobre todo, espero que aproveches estos días para desconectar y disfrutar con la familia.

  2. Me lo he leído enterito porque tiene su gracia esas dudas de «envío , no envío, cómo lo envío? »
    Me parece muy buena idea enviárselas a personas y no a empresas.

  3. Hola. Me has sacado una sonrisa con esta entrada, yo soy de las que «olvido enviarlas», solo respondo, jajaja. Me gusta más enviarlas a personas, no a empresas, sobre todo a esas con las que tienes más relación, incluso, en vez de hacerlo por correo electrónico, muchas veces lo hago por wassap. Aunque sigue siendo bastante impersonal, lo veo como una manera de seguir en contacto con esa gente, con cariño y aprecio por ellas, así que ya sabes lo que te llegará. Besos

    • Hola:
      Lo bueno del WhatsApp es que es un canal que favorece la comunicación directa y muy amigable.
      Al final lo que importa es que cada uno se sienta cómodo utilizando la fórmula que más le guste (y cruzando los dedos para que al destinatario también le guste).

      Un beso

  4. Hola María,
    cuántos dilemas. No sabes lo que me estoy riendo con el de acabar el proyecto antes de que se te queme el asado.
    La verdad es que preparar y enviar las postalitas puede convertirse en una pesadilla, por el tiempo que lleva diseñarla, pensar la frase y decidir a quién se la envías … que definitivamente tiene que ser a tus contactos más VIP.
    La solución de felicitar por las redes sociales me parece brillante.
    Un abrazo!

    • Hola:

      Nunca ha llegado a quemárseme, tal vez este sea el año, porque cada vez arriesgo más con los tiempos.

      Desde luego, un privilegio para mis mejores contactos y, por supuesto, sin nada de promociones ni lead magnet, que he leído por ahí que eso está feísimo 😉

      Un abrazo

  5. Ay, María: ¡cómo he disfrutado con tu post! Me he reído un buen rato porque, como de costumbre, me he sentido identificada en muchas de las cosas que apuntas. Recuerdo mis primeras postalitas navideñas super-curradas: en ellas aparecían mis tres churumbeles (vestidos de pastorcillos) y los dos perros (vestidos de ovejas). Cada postal tenía un mensaje personalizado y diferente e iba dirigida a cada uno de los empleados de cada uno de los departamentos de cada una de las unidades de negocio con las que trabajaba. ¡Empezaba a prepararlas un mes antes para dar abasto! Abandoné lo de los pastorcillos cuando a mi hijo le salió un bigotazo imposible de ocultar y las niñas me dijeron que me pusiera el gorrito de Santa Claus yo misma. Desde entonces, digamos que he aligerado la carga hasta reducirla al mínimo imprescindible: una escueta felicitación a los más cercanos. Me ha gustado muchísimo tu entrada: no solo la recomiendo como un post muy útil sino como una lectura tremendamente entretenida. Un beso, guapa, ¡y buen fin de semana!

    • Muchas gracias, por la idea, en primer lugar, era un tema del que no se me había ocurrido hablar y, en segundo lugar, y más importante, por la anécdota. Seguro que todos esperaban tus postales para ver cómo iba evolucionando la familia.
      Que las personalizaras ya me parece un trabajazo, pero además, en tu profesión (cómo en la mía) imagino que muchas no irían escritas en español… Sé de compañeros que recurren a la tarjeta políglota, aunque ese estilo seguro que no va contigo.

      Un abrazo y feliz fin de semana

    • ¡Desde luego! Al final lo importante es que cada cual encuentre una opción que le resulte cómoda. A mí las felicitaciones virtuales me gustan en principio si, por ejemplo, se comparten a través de las redes sociales de forma que llegue a mucha gente, pero luego no existan opciones de réplica, porque el problema está que, en el mundo empresarial, es habitual que se respondan, que se envíen felicitaciones de vuelta e, incluso, que otras personas se sientan en el compromiso de enviar una propia… Al final el mes de diciembre no se hace otra cosa que gestionar felicitaciones navideñas.

      (No sé por qué tu mensaje había terminado en el buzón del SPAM. No tienen ningún enlace en el cuerpo del texto y es correcto, sin palabras ofensivas. Te lo digo porque sé que hace poco has tenido problemas con WordPress, para que lo tengas en cuenta…)

      Saludos

      • Sí, con mis problemas con WP no sé por qué razón, algunos de mis comentarios van a la carpeta de Spam.
        Gracias por el aviso, María.
        Un saludo 🙂

  6. Yo lo que hice aquí es seguir un poco la corriente jejeje. Lo que vi que se hacía era que si mandaban un email y faltaba poco para las fiestas te ponían al final un «Felices Fiestas» y listo. A eso yo contestaba lo que fuera y de vuelta el «Felices Fiestas». Nada de felicitaciones, eso sólo amigos y familia. Y si no una felicitación general en las redes sociales. Yo opto por la sencillez para mi y para los demás jeje.

  7. Yo me decanto por no mandar. Pienso que todo el mundo (o casi) las manda por cumplir, y las contesta por cumplir. Si un año no envías o no devuelves tal vez el siguiente ya no te vuelvan a mandar, te quitas tú el marrón y se lo quitas a ellos 🙂

    • Entonces eres de las mías jeje. El último año que las envié, casi me sentí hasta mal, porque varias personas, no empresas, sino personal, me enviaron felicitaciones que habían hecho, no sé si porque la mía les gustó o por cumplir. Creo que metí en un compromiso a algunos.
      Yo sigo recibiendo casi las mismas, pero la mayoría las ignoro, sobre todo si son corporativas o del email genérico. Si son de personal o de compañeros, valoro si responder o no.

      Al final es como el pez que se muerde la cola.

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